En situaciones como la que ahora atravesamos a escala planetaria, la reafirmación de las raíces, de las señas de identidad y, por ende, de lo más cotidiano, resulta un buen ejercicio para mantener el optimismo y el rumbo de hacia dónde caminar. Y ese es precisamente el objeto de la conmemoración, un año más, del Día de la Provincia. Una jornada festiva de los 104 municipios, en la que remarcamos el trabajo, la labor y el gobierno cercano que practicamos desde los consistorios.
Y en esta ocasión, la cuestión más relevante que quiero destacar es, sin duda, la oportunidad que se abre en medio de un proceso de crisis como el que estamos atravesando. Porque es precisamente ahora, cuando los patrones tradicionales de crecimiento económico se han borrado de un plumazo, el momento de apostar por ese nuevo modelo productivo que están impulsando el Estado y la Junta de Andalucía. Un modelo en el que, como ocurrió en la transformación de mediados de los 80, también tenemos mucho que decir, mucho que hacer desde los ayuntamientos. Un nuevo esquema económico basado en la valía de las personas, en la gestión del conocimiento y, en el caso de la provincia, en tres ejes de acción perfectamente delimitados.
Tres vectores de desarrollo, tres caminos para reinventarnos que, desde la Diputación de Sevilla, entendemos que se encuentran en las energías renovables, en la bioalimentación y en el turismo. En energías renovables, el potencial que se abre en nuestro entorno con las plantas solares termoeléctricas resulta el ejemplo más prometedor. De esa proyección hablan por sí solos los anuncios que, cada vez con más asiduidad, se suceden en la actualidad contando que las empresas del sector se decantan por Sevilla para sus proyectos, como los recientes anuncios de instalaciones de este tipo en Osuna y Morón de la Frontera, o las ya en funcionamiento de Sanlúcar la Mayor.
En materia de bioalimentación, entendida como aquella que aporta beneficios específicos para la salud, para la desnutrición o para la obesidad, actuando de manera concreta en cada caso, también tenemos mucho que decir. Y para ello partimos de una industria agroalimentaria potente, que dio un primer salto de calidad hacia la excelencia del producto, y que ahora tendrá que emplearse a fondo en I+D+i para ofrecer este tipo de alimentos.
Y por último, en el apartado turístico, también tendremos que revisar los patrones del tipo de producto que ofrecemos, para tender hacia una nueva concepción que ofrezca aún más calidad, más excelencia, por un menor coste para el cliente.
Estamos, en definitiva, ante tres líneas novedosas de desarrollo sobre las que cimentar nuestro futuro con empleos cualificados, con conocimiento tecnológico propio y con la ilusión y la entrega que los habitantes de esta provincia le ponemos a todo lo que hacemos. Y en ese nuevo modelo tendrán que estar, irremediablemente, todos los pueblos. No debe quedarse atrás ninguno de ellos, porque a cada cual le vendrá mejor el patrón de uno de los tres "trajes económicos" que acabo de citar.
Presidente de la Diputación de Sevilla.
