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Un secuestro exprés en San Jerónimo

El procesado llegó a cobrar 15.000 euros tras lo que dejó en libertad al raptado.

el 11 feb 2010 / 22:47 h.

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El secuestro tuvo lugar en este parque.

Ocurrió a las 23.45 horas del 9 de septiembre de 2009 en San Jerónimo. Todo comenzó por una colisión entre dos vehículos, que acabó con un secuestro exprés, al más puro estilo gánster, por el que la víctima tuvo que pagar 15.000 euros para ser liberado. Ahora, la Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a uno de los autores a siete años de prisión.

Como si fuera el guión de un película de Hollywood, los secuestradores embistieron a su víctima con el coche, un Audi 100, cuando circulaba por una calle del barrio de San Jerónimo. Tras el impacto el que luego sería secuestrado, salió del Audi 3 que conducía para comprobar los daños que tenía tras el impacto. Sin embargo, según consta en el relato de la sentencia, al ver que las dos o tres personas que ocupaban el otro coche se dirigían hacia él con una "inequívoca actitud de agredirle" volvió a montarse en su Audi.

Se iniciaba entonces la persecución que no puede faltar en ningún film de acción que se precie, que acabó en el parque de Colón. Allí Sergio B.M. esperaba encontrar a gente conocida que le permitiera defenderse de sus inesperados perseguidores. Una vez allí salió del coche y pidió auxilio a dos personas que estaban en esa zona, pero tras una larga carrera, el Audi 100 se le cruzó cerrándole el paso en su desesperada huida.

Los ocupantes del vehículo le abordaron y le tiraron en el suelo, donde le golpearon a puñetazos. Uno de ellos sacó un puñal e intentó clavárselo, aunque Sergio pudo esquivarlo, impactando en la carrocería del coche.

Así consiguieron que la víctima acabara accediendo a subirse al coche que le había perseguido por las calles del barrio, donde le "inmovilizaron en el asiento trasero". La siguiente escena transcurre en un descampado a las afueras de Sevilla, donde le sacaron del vehículo. Si quería salvar su vida y ser liberado tendría que llamar a alguien de su entorno para que les trajera 15.000 euros como rescate, si no todo acabaría.

La víctima llamó a un amigo con el que concertaron la entrega en un lugar de San Jerónimo poco concertado. Allí llegó con el dinero escondido en una nevera isotérmica. Según consta en la sentencia, el dinero era de Sergio que días antes se lo había dejado a su amigo para que lo custodiara. Los captores cogieron el dinero y poco después la víctima apareció "liberada y sin otro daño físico que unas magulladuras sin importancia".

El secuestrador ahora condenado, Miguel H.C., conocía a la víctima, que pudo identificarlo, lo que favoreció su detención. Además tenía antecedentes penales, que no han sido computados para este caso.

El abogado de Sergio, José Manuel Gabella, y el fiscal solicitaron para el acusado siete años de prisión y la devolución de los 15.000 euros, más los intereses generados desde entonces. Sin embargo, el procesado, del que se encontraron huellas dactilares en los vehículos, pese a que usó guantes, ha sido declarado insolvente. La sentencia puede ser aún recurrida ante el Tribunal Supremo.

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