Una añada de esperanza

Las aves acuáticas remontan el vuelo tras un 2008 nefasto, con casi 7.200 parejas reproductoras más. 

el 18 oct 2009 / 19:16 h.

Un ejemplar de águila pescadora, en su nido junto al río Odiel.
Si no hay lluvia, no hay humedales, y sin humedales no hay aves acuáticas. La ecuación es muy sencilla. Eso fue lo que ocurrió en 2008, cuando tan sólo se censaron 18.758 parejas reproductoras en la comunidad andaluza, esto es, una tercera parte de las que se registraban entre los años 2006 y 2007. Cuando se dan las condiciones adecuadas, la naturaleza responde, pero si no es el caso, se esconde, se retrae. Es lo que hicieron estas aves: frenar en seco la reproducción. Como explican desde la Consejería de Medio Ambiente , "si van a criar y no hay agua, sencillamente no gastan energía, la guardan para un momento más propicio en el que puedan hacerlo con garantías de sustento y buenas condiciones del hábitat".

Esa espera ya ha acabado. Según los datos del departamento que comanda Cinta Castillo, a lo largo de 2009 se han registrado ya 26.020 parejas reproductoras de aves acuáticas, esto es, unas 7.200 más respecto a las de un año atrás. Dos razones explican el aumento: los trabajos de conservación ejecutados por la Junta y, sobre todo, la mejora de las condiciones climatológicas. "Ha llovido, hay garantías, han criado", resumen.

En los seguimientos se han detectado hasta 27 especies diferentes, entre las que reina el flamenco común, que casi copa el 50% de las parejas (11.416), seguida de la avoceta común (2.513), el morito común (2.172), la pagaza piconegra (1.947) y el charrancito común (1.605). Entre los hitos logrados este año destaca la suelta de dos parejas de águila pescadora en las marismas del Odiel (Huelva) y en Barbate (Cádiz); esta especie no anidaba en Andalucía desde hacía 30 años. "Con dos o tres buenos años hidrológicos, se podría estabilizar la población de chorlitejo patinegro, malvasía, morito o garcilla cangrejera", añaden. Para compensar las variables del tiempo, Medio Ambiente trabaja mientras en aumentar la vegetación en las lagunas y humedades, en diversificar los puntos de cría (isletas, canales) y en "evitar todas las molestias posibles" a las aves.

Especialmente notables son los logros en la laguna malagueña de Fuente de Piedra, con 11.900 parejas de aves acuáticas censadas, y Doñana, tan diversa que ella sola alberga 21 de las 27 especies de Andalucía y es la casa de la única pareja censada de avetoro.

Para el lego que piense que lo anterior es sólo una amalgama de nombres de bichos incomprensible, ahí van un puñado de claves sobre su importancia: la comunidad andaluza es la que más biodiversidad alberga en este campo en toda España, contiene especies exclusivas que no se pueden avistar en otros rincones y 13 de las especies están en peligro crítico de extinción. Además, el turismo de observación de aves atrae a la región a dos millones de viajeros al año, de ellos el 60% extranjeros que saben ver el tesoro de sus humedales.

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