Local

Una barbería de recuerdos

José Fernández Santito es el barbero más famoso de La Rinconada. Pero no es conocido sólo por cortar el pelo, sino por haber sido jugador del equipo de fútbol La Cañamera, difusor del deporte del pueblo en radio y, sobre todo, por su local, protagonista de la expansión de su ciudad.

el 15 sep 2009 / 17:18 h.

TAGS:

José Fernández Santito es el barbero más famoso de La Rinconada. Pero no es conocido sólo por cortar el pelo, sino por haber sido jugador del equipo de fútbol La Cañamera, difusor del deporte del pueblo en radio y, sobre todo, por su local, protagonista de la expansión de su ciudad.

Decorada como hace 50 años, la barbería Santito es uno de esos lugares por los que parece que no pasa el tiempo. Disfruta así de su tiempo libre, ya que está jubilado, y tiene convertido este espacio en un santuario de recuerdos. Y es que toda una vida dedicada al oficio de barbero y a la difusión del deporte como comentarista radiofónico dan para mucho.

Este rinconero puede ser una de las personas que mejor conoce la población. Desde que era pequeño vio a todo el pueblo pasar por la barbería de su padre. Tanto es su vínculo con el negocio, que nació allí mismo, ya que el local estaba dentro de su propia casa. Corría el año 1944 y fue el inicio de un sinfín de historias con el local como protagonista. "Recuerdo cuando se inundaba el pueblo y el agua pasaba por esta calle", comenta.

Pasión . Pese a que su empeño es la barbería, un oficio que aprendió viendo a su padre desde pequeño, eso no le hizo dejar su otra pasión: el fútbol. Jugó durante cinco años en La Cañamera, además de trabajar en numerosas radios del pueblo difundiendo la información relacionada con el deporte. Hoy en día, todavía colabora en algunos programas como cronista de partidos. Esta faceta de periodista le hizo valedor incluso de un premio en la gala del deporte como difusor del fútbol.

Pero, sin duda, la afición oculta de Santito es la escritura. Tanto es así que es un forjado poeta. Eso a pesar de que a los 14 años dejó la escuela. Fue en la barbería cuando comenzó a escribir. "Era un muchacho despierto, leía la prensa y escuchaba las conversaciones de los mayores", cuenta, para agregar: "Todo eso se lo debo a mi padre, gran aficionado también a la lectura y escritura". Y es que según relata, su padre, que era además el que repartía el diario El Correo de Andalucía, trabajaba también como corresponsal del periódico contando las novedades del pueblo.

Como está jubilado, tiene tiempo libre para escribir sus poemas. "No tengo una temática fija ni hábito de escritura", confiesa. En un futuro le gustaría publicar un pequeño libro con todo lo escrito. De igual modo, no duda en seguir colaborando en radios de La Rinconada. En su cara refleja la satisfacción de lo hecho en su vida, algo que trata de mostrar a sus nietas, su nueva pasión en esta nueva etapa. Porque el tiempo sí que pasa.

  • 1