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Una cita con tinte electoral

Los dos líderes olvidaron el trabajo, las pensiones, el déficit fiscal o la credibilidad exterior.

el 09 may 2010 / 19:53 h.

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José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy se dan la mano.

¿Servirán los tres acuerdos que pactaron José Luis Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy el pasado miércoles para paliar la crisis económica? A todas luces resultan completamente insuficiente pero no por ello carecen de importancia.
A la reunión, que se hizo de rogar durante año y medio de continua caída en picado de nuestra economía, también hay que concederle una clara visión política: tanto Zapatero como Rajoy continuaron en todo momento barriendo para casa sin apenas hacer concesiones a su rival político. "Estamos en mitad de una legislatura y a estas alturas es muy difícil que se produzcan grandes acuerdos de Estado. Si querían transmitir un mensaje de tranquilidad, no lo han cumplido".

Quien hace esta afirmación tan clarificante es Jordi Rodríguez Virgili, subdirector del Máster en Comunicación Política y Corporativa de la Universidad de Navarra, para quien la convocatoria de la cita después de tanto tiempo ya resultó positivo de por sí, así como la escenificación que hicieron del acto. Varios detalles dejaron en evidencia que la tensión no fue excesiva entre ambos, más bien todo lo contrario, a pesar del abismo político que los separa. El presidente del Gobierno bajó las escaleras de la entrada para recibir a su principal rival político en la misma puerta del coche que le llevó a Moncloa. Ha sido la primera vez que lo ha hecho en todas las reuniones que han mantenido. Con ese gesto todo parecía indicar que la mañana iría miel sobre hojuelas, pero al final -no ha trascendido el por qué- no hubo grandes acuerdos contra la crisis. Por no hablar, no se habló ni de la losa de 4,6 millones de parados que castiga duramente al país.

Además, la comparecencia conjunta de los dos líderes que parecía prevista -había dos atriles juntos en la sala de prensa- fue finalmente de individual, lo cual también incrementa de forma notable la importante desconfianza que ya muestran los españoles hacia la clase política. Por todo ello, Rodríguez Virgili reconoce que la reunión se puede calificar como fracaso siempre que las intenciones de los dos líderes políticos pasaran por dar una imagen de confianza y unidad frente a la crisis, ya que resultó todo lo contrario.

Sin embargo, también existe la interpretación de que tanto Rajoy como Zapatero estuvieron, digámoslo así, en su papel. La catedrática de Comunicación Política de la Universidad Complutense de Madrid, María José Canel, explicó que desde el punto de vista comunicativo es una práctica habitual mostrar los acuerdos pero también las discrepancias que existen entre los protagonistas de la política. Para ella, resulta prácticamente imposible alcanzar un gran pacto debido a las enormes diferencias que existen entre los dos sobre cómo atajar y paliar la crisis. Además, insistió en que desde un punto de vista externo el resultado de la reunión habría sido deficiente si no muestran en público sus diferencias, y el que no haya acuerdo también sirve para justificar que cada uno de ellos mantiene la identidad de su propio partido político. "Si no muestran sus diferencias se equivocan", asegura Canel, quien también preside la Asociación de Comunicación Política (Acop). Asimismo recuerda que ver a Rajoy postulándose desde el Palacio de la Moncloa como el próximo presidente del Gobierno también responde a una estrategia. "Se ha vuelto a señalar claramente, y voluntariamente, como la alternativa política española, aunque lógicamente desde las filas de PSOE ese gesto se ve como puro electoralismo", sostiene.

Lo económico. También, desde el punto de vista económico, que era de lo que realmente se trataba la reunión entre los dos políticos, hay que tener una visión más abierta para comprender el pacto sobre las cajas de ahorros y su repercusión en las hogares españoles. Por ello, el catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Granada y consultor del Banco de la Reserva Federal de EEUU, Santiago Carbó, destaca la importancia de que ocurriera la cita en Moncloa aunque lamenta que los temas aprobados entre los dos, "los que han trascendido -aclara- no son suficientes" ya que se dejaron en el tintero aspectos tan fundamentales para la economía como el trabajo, las pensiones, el déficit fiscal o la credibilidad exterior. "Hubieran sido muy deseables para aumentar la confianza internacional".

Sin embargo, y a pesar de que para la gran mayoría de la opinión pública un pacto sobre las cajas de ahorros sea insuficiente, el catedrático reconoce que hay que tener más altura de miras y descifrar que este acuerdo permitirá una aceleración en las fusión de este tipo de entidades financieras. "Estarán colocadas en mejor posición en el mercado y volverán a prestar dinero para que llegue a los ciudadanos". Para él, aunque sea difícil de entender por los inexpertos en economía, no todo es percibir de primera mano cómo los españoles llegan a final de mes de forma más desahogada sino que con los créditos "el dinero vuelva a circular".

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