La Cádiz de la arena, del mar y de los paseos marítimos. La de las olas, los vientos y el sol. La Cádiz de las estrellas del cante y del toque se dan cita esta noche en el Hotel Triana a las 23.00 horas.
El director de la XVI Bienal de Flamenco, Domingo González, presentaba ayer, junto a Antonio Benítez y Nano de Jerez el espectáculo Cádiz eterna, un recital de artistas gaditanos con gran personalidad y curtidos en mil batallas que saben del oficio.
Sevilla acoge hoy en el tramo final de la noche, en un contexto donde surgen cosas inesperadas, “a aquéllos que vieron nacer el flamenco y a un territorio, Cádiz, la madre de muchos cantaores conservadores del flamenco”, resaltó González.
Una fiesta flamenca trasladada a los escenarios. Un ambiente privado pero que hoy será público para todo el que se acerque al Hotel Triana.
“Cantaremos y bailaremos durante los 90 minutos que dura el espectáculo, aunque si por nosotros fuera, sería hasta el amanecer”, dice Benítez.
El espectáculo está basado en las antiguas fiestas que solían hacer los flamencos de Cádiz en patios, donde los gitanos cantaban y bailaban hasta que volvía a salir el sol.
El cuerpo de bailarines, junto al plantel de artistas, interpretarán los más variados y puros estilos del arte flamenco andaluz y, especialmente el estilo gitano.
Juan Villar por soleá; Mariana Cornejo, fiel seguidora de la escuela de cante de la Perla de Cádiz, deleitará a los presentes por tanguillos; Rancapino, el chiclanero, cantaor puro y jondo que encuentra sus raíces en el flamenco tradicional, ambientará la fiesta por alegrías, y la soleá por bulerías a compás de Nano de Jerez pondrá el broche final.
A la luz de las estrellas, con el reflejo del Guadalquivir, la mayor fiesta flamenca traída desde la Tacita de plata arriba, con este Cádiz eterna. “Espero que sepamos lidiar con los toros y salir por la puerta grande”, apostilla Nano.
