La temporada 2008/09 representa un importante reto para el Sevilla. Después de dos campañas consecutivas ganando títulos y una tercera, la última, especialmente difícil, el nuevo proyecto está encaminado a situar al equipo en disposición de volver a codearse con los más fuertes.
Para ello, el club ha realizado dos apuestas: la primera, Manolo Jiménez, entrenador que acabó clasificando al Sevilla para la Copa de la UEFA tras luchar por el pase a la Liga de Campeones, aunque con mucha menos fuerza que en campañas anteriores por diferentes motivos. Ahora, el técnico podrá trabajar sin haberse hecho cargo del equipo con el tren en marcha y la cabeza gacha. Será su gran prueba de fuego.
La segunda apuesta del club es su nuevo plantel. Ha perdido a jugadores del peso específico de Daniel o Keita y, con un largo verano por delante, no está nada claro el futuro de jugadores como Palop -en Valencia aseguran que su regreso se puede cerrar esta misma semana-, Diego Capel o Adriano, todos ellos titulares indiscutibles. Por eso, con el fin de dotarle de equilibrio y de que el técnico pueda disponer cuanto antes de sus mimbres, el Sevilla no está escatimando esfuerzos.
La incorporación de Lautaro Acosta (7,5 millones), Fernando Navarro (8) y Konko (8,5) ha elevado el desembolso realizado en lo que va de verano a 24 millones de euros. Una cifra que, además, se verá incrementada notablemente en cualquier momento. El Sevilla quiere apuntalar su plantel con un central y un mediocentro, y, según sus estimaciones, rozará los 40 millones de inversión, la mayor de su historia.
Fichar a Squillaci, por el que el Lyon pide unos siete, y Romaric, que rondaría los nueve en caso de cerrarse, algo que puede ocurrir de forma inminente, supondría desembolsar al menos otros 15. La inversión, por tanto, llegaría casi a 40.
Hasta ahora, el mayor gasto del club en jugadores tuvo lugar la pasada campaña: Koné (12), Mosquera (8), De Mul (5), Keita (4), De Sanctis (previsto en 1,2) y la cesión de Boulahrouz (1). En total, más de 31. Pero un mayor coste no equivale a un mayor rendimiento. Koné y Mosquera, junto a Chevantón (8 millones), han sido los más caros en la historia del Sevilla y hasta la fecha no han respondido a su caché.
