Donde hace una década estaba la balsa de residuos de la mina de Boliden, la que provocó el mayor desastre ecológico de España, hay instaladas paneles fotovoltaicos. Esta planta de energía solar, que fue inaugurada el jueves, no sólo representa otra manera de entender el desarrollo económico, sino también que Aznalcóllar quiere pasar página.
El hecho de que el primer ministro de Holanda, Jan Peter Balkenende, se encontrara el jueves en Andalucía hizo que aprovechara para cortar la cinta de estas instalaciones promovidas por una empresa de su país, Econcern, lo que provocó que fueran numerosas las autoridades, entre nacionales y extranjeras, que se concentraron ayer bajo los paneles fotovoltaicos para asistir a la inauguración.
El presidente de la Junta de Andalucía, Manuel Chaves, fue el encargado de acompañarle en el corte de la cinta y se refirió al del jueves como un "acto cargado de simbolismo" porque precisamente hace 10 años se produjo el vertido tóxico de la balsa de la antigua mina, en concreto el 25 de abril de 1998, llenando de lodo el cauce del río Guadiamar y rozando las puertas de Doñana.
Esta planta solar, que desde el pasado martes está enganchada a la red, cuenta con una potencia de dos megavatios y que suministrará electricidad a unas 750 viviendas. Con seis hectáreas de placas, dará trabajo directo a unas 50 personas, supuso una inversión de cerca de 14 millones de euros para conseguir la generación de tres millones de kilovatios por hora al año y reducir unas 1.800 toneladas de emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.
Pama . Completa el parque solar de Aznalcóllar, de 17 megavatios y en el que participan varias empresas suministrando energía eléctrica para unas 6.000 viviendas. Concretamente, se ubica en en Parque de Actividades Medioambientales de Andalucía (PAMA), propiciado para regenerar económicamente la comarca tras el vertido tóxico y el posterior cierre de la mina. En el PAMA funcionan ya 44 empresas, que dan empleo a más de 400 personas.
