Salvo excepciones aisladas, las distintas administraciones están actuando de manera coordinada para establecer protocolos conjuntos de prevención y vacunación contra el virus de la gripe A. Gobierno y autonomías, en permanente contacto a través de los consejos interterritoriales como el que se celebró ayer en Madrid, han sido capaces de sacar la gripe fuera del debate de la confrontación política, lo que sin duda favorecerá que España esté en mejores condiciones de afrontar la pandemia. El Gobierno ha optado por seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud y tratar como grupos de riesgo a los enfermos, sanitarios y embarazadas, además de las fuerzas de seguridad, Protección Civil y Bomberos. En el caso de los niños, se ha decidido vacunar sólo a los mayores de seis meses que tengan patologías previas. El resto no será tratado como grupo de riesgo. La decisión ha sido tomada tras elevar consultas a los técnicos, que lo han recomendado porque los niños toleran mejor el virus y porque las vacunas tienen un menor efecto en la población infantil. En cualquier caso, el Gobierno ha decidido elevar la reserva de vacunas al 60% de la población en previsión de que se produzcan cambios que requieran una nueva estrategia. Incluso se ha dejado abierta la posibilidad de que la vacuna se venda en farmacias con receta médica para que cualquier ciudadano tenga acceso. Tras la reunión de ayer, España se encuentra en el mejor camino para minimizar el impacto de la gripe A, porque se está actuando con una excelente coordinación entre los distintos sistemas de salud y porque los responsables políticos -como hizo ayer el ministro de Educación al descartar el cierre de colegios- están alejando cualquier alarmismo injustificado apoyados en los técnicos y en los colegios médicos. En cualquier caso, no se puede bajar la guardia para poder modificar los protocolos cuando sea necesario en función de la evolución de la enfermedad.
