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Vadillo, la historia de una metamorfosis

Desde su operación en octubre, Vadillo ha ganado 2,4 kilos y masa muscular. Se ha recuperado en cuatro meses, tiempo récord. Cinco personas han velado por su recuperación. 

el 08 mar 2012 / 20:46 h.

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Vadillo conduce el balón en el partido de ida en el Bernabéu.

Álvaro Vadillo sonríe con firmeza en la Ciudad Deportiva. El tiempo eterno que ha transcurrido desde su grave lesión de rodilla la noche del 15 de octubre de 2011 será sólo una pesadilla cuando regrese a la élite del fútbol profesional.

El de Puerto Real ha sido capaz de pulverizar los plazos que en el día de su operación, el 20 de octubre, establecieron Santiago Pérez Hidalgo y Tomás Calero, los ángeles de la guarda que se han encargado de velar por su rehabilitación. Su regreso, además del desenlace de un calvario en forma de lesión, es el triunfo de un espectacular grupo de trabajo que se ha dedicado en cuerpo y alma a la nueva joya de la cantera.

El veloz extremo devora las horas que restan para su reestreno en un encuentro oficial, ya que el amistoso ante el San José sólo fue el aperitivo. Hasta ahora, el jugador criado en La Salle ha ganado 2,4 kilos, ha crecido y ha potenciado su masa muscular, sobre todo en el tren superior.

Desde que el puertorrealeño se marchara del Santiago Bernabéu dolorido y compungido, el calendario apenas ha cumplido cuatro meses y medio. En ese período de tiempo, un grupo de cinco personas ha robado horas y horas al día para ultimar la puesta a punto de un motor que se gripó en una carrera con Sergio Ramos: Fran Molano, recuperador, Francisco Martín Bermudo, nutricionista, los galenos Tomás Calero y Santiago Pérez Hidalgo, y Gertrudis Cifuentes, su madre y encargada de velar por la alimentación y descanso en el piso en el que ha residido desde que abandonó la residencia de la cantera con la autorización de la entidad.

El 15 de octubre de 2011, un encuentro fortuito con el madridista Sergio Ramos originó que el canterano abandonara el césped del Bernabéu entre lágrimas. El diagnóstico de los médicos, ya en Sevilla, fue demoledor. Rotura del ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha.

Fue operado por Santiago Pérez Hidalgo 5 días después y el primer pronóstico de recuperación era de 6 meses. Apenas un mes después, el de Puerto Real caminaba sin muletas -utilizaba sólo una en casos de riesgo- y se sometía a ejercicios en la piscina. Y a mediados de enero, Vadillo ya irradiaba felicidad. Se sentía futbolista en la soledad del gimnasio de la Ciudad Deportiva.

Allí, bajo la atenta mirada del recuperador Fran Molano, realizó ejercicios de pesas y tonificó muscularmente el tren superior, en el que ha potenciado su desarrollo. Ha crecido en altura y ha ganado 2,4 kilos, gracias, en cierta forma, a los ejercicios a los que se sometió y a la cuidadosa dieta que creó el especialista en nutrición Francisco Martín Bermudo. Y en ese aspecto hubo un círculo clave, su familia.

Cambio de domicilio

Gertrudis Cifuentes, su madre, abandonó su Puerto Real natal para trasladar su residencia a Sevilla, donde fue el principal apoyo de su hijo durante la rehabilitación. Se encargó durante meses de las comidas de su retoño y cumplió hasta el más mínimo detalle con los consejos que le trasladó el club en materia de horarios de descanso y rigurosa alimentación.

Y ahora, apenas cuatro meses y medio después de su operación, el canterano está en la plataforma de salida para disputar un encuentro oficial. En el Felipe del Valle de San José sonrió con la inocencia del niño que ya no es y la madurez del adulto en el que se ha convertido. 

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