Emana, Sergio y Pereira, entre otros, celebran un gol.
El Betis está más reenganchado que nunca a la pelea del ascenso a Primera, quién lo diría después de contemplar la penosísima imagen que fue arrastrando en la recta final del mandato de Antonio Tapia, y todavía resulta complicado entender cómo un equipo que más que jugar deambulaba como alma en pena por todos los estadios se ha transformado en esa máquina de ganar partidos que es ahora. El fútbol es así, que dirían Boskov o Di Stefano. Pero eso no basta. El fútbol puede ser así, pero el Betis ha necesitado algo más que ser así para resucitar de entre las medianías de Segunda y volver a ser el aspirante al que todos apuntaban como número uno del pelotón. Y ese algo, además de la indudable revolución que ha impuesto Víctor Fernández, es la recuperación del arma que ya hizo del Betis un equipo poderoso y temible en los primeros pasos de la temporada: el ataque.En los cinco últimos encuentros de la era Tapia, el Betis sólo fue capaz de convertir dos goles. El dato es significativo, pero no tanto como que ambos fuesen obra de sendos defensas: Fernando Vega hizo uno ante el Huesca y Carlos García logró el del triunfo sobre el Salamanca. En los otros tres encuentros (Levante, Numancia y Real Sociedad), todo derrotas y sin goles, ni de los delanteros ni de nadie. Cuando el técnico cordobés fue destituido, Sergio García llevaba un mes y medio sin marcar y el ataque del Betis, tan envidiado por sus enemigos, no existía.
La crisis desapareció por arte de magia en cuanto llegó Víctor con su propuesta ofensiva bajo el brazo. El Betis empezó a jugar de verdad al fútbol y los hombres de arriba han sido los grandes beneficiados (todos excepto Pavone, que no marca desde noviembre y no ha sido titular en esta nueva etapa). Desde que el maño está al frente, el equipo heliopolitano ha marcado once goles y nueve de ellos llevan la firma de sus delanteros: cinco de Jonathan Pereira, dos de Sergio García y otros dos de Emana. Y diez en total, contando el de Capi en Irún, fueron obra de jugadores más atacantes que defensivos. El único goleador que se sale de la norma es Mehmet Aurelio, un medio con llegada pero cuya misión fundamental es contener.
LA CONEXIÓN DE LOS BAJITOS. Dentro de la excelente línea que presentan ahora los hombres más vanguardistas del Betis, llaman la atención el protagonismo y la sintonía de Sergio García y Jonathan Pereira. Ambos han intervenido de una u otra manera en diez de los once goles del Betis de Víctor: ante el Córdoba, gol de Pereira; ante el Hércules, gol de Sergio; en Huelva, gol de Sergio; en Cartagena, gol de Pereira y centro al área de Sergio en el gol de Aurelio; ante el Rayo, dos goles de Pereira, ambos a pase de Sergio, y otra asistencia del catalán a Emana; y en Irún, otro tanto de Pereira, igualmente regalado por Sergio, y otro pase de gol del barcelonés para Emana. El único tanto sin su participación fue el de Capi en el Stadium Gal.
