La Gazapera

¿Adiós a las peñas flamencas?

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Manuel Bohórquez @BohorquezCas
27 jun 2020 / 09:54 h - Actualizado: 27 jun 2020 / 09:56 h.
"La Gazapera"
  • ¿Adiós a las peñas flamencas?

Ningún género musical del mundo cuenta con tantas peñas como el flamenco. Nacieron en los años cincuenta del pasado siglo, siendo la Platería, de Granada; el Pozo de las Penas, de Los Palacios y Villafranca; Juan Breva, de Málaga; y Torres Macarena, de Sevilla, las más antiguas. En realidad las peñas son mucho más antiguas, pero fue en esa época cuando comenzaron a ser asociaciones con sus estatutos y socios que pagaban una cuota mensual para poder hacer sus actividades, entre otras, recitales de artistas en sus locales sociales, generalmente alquilados, en el principio, y adornados con fotografías, carteles antiguos y recortes de prensa enmarcados.

La crisis sanitaria, que se alarga y que parece que no va a terminar pronto, les está afectando hasta el punto de que hay peñas que seguramente se verán obligadas a echar el cierre y repartir el patrimonio, de haberlo, entre sus socios. En algunas ciudades andaluzas, como Linares, donde hay varias peñas, se acabarán uniendo para que haya solo dos o tres, como mucho, y puedan tirar para adelante. Porque el problema, es que si no pueden dar recitales o charlas, o sea, celebrar actividades, no habrá manera de asegurar su supervivencia y acabarán desapareciendo la inmensa mayoría de las federadas.

En Andalucía hay unas cuatrocientas peñas flamencas repartidas por toda la región, tanto en ciudades como pueblos. Esto quiere decir que celebran cada año miles de actos, entre recitales, conferencias, semanas culturales y mesas redondas. Si esto se acabara, el género se resentiría porque decenas de jóvenes artistas se inician en estas peñas. Algunos viven solo de dar recitales en ellas, porque no todos tienen fácil acceder a los circuitos oficiales o dar conciertos en teatros, sin hablar de poder actuar en los grandes festivales nacionales e internacionales, como la Bienal, el Festival de Jerez o el de la ciudad francesa de Nimes.

Algunas peñas ya están dando recitales, como la sevillana Torres Macarena, pero con solo la mitad del aforo. Como tiene un local pequeño, donde caben unas cien personas como mucho, y solo pueden entrar unas cincuenta, les costará aguantar si se alargara la pandemia. Han creado su propio canal de televisión para que todos los aficionados del mundo puedan disfrutar de sus recitales, pero hay quienes piensan que lo ideal es estar en el local de manera física arropando a los que canten, bailen o toquen la guitarra.

Han nacido peñas virtuales, pero no es lo mismo. Las peñas triunfaron porque un aficionado podía escuchar a su cantaor favorito a la vez que se bebía una cerveza o degustaba unas papas con costillas. Si esto se pierde, dejan de tener sentido, y hay ya cientos de socios de estas peñas que se están planteando dejar de pagar una cuota mensual si tienen que escuchar cante con una mascarilla.