Anita de la Cuadra en ‘Pan y circo’

La joven autora sevillana expone durante este mes, una selección de sus últimas obras en el local Pan y Circo

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08 feb 2022 / 04:39 h - Actualizado: 07 feb 2022 / 21:40 h.
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  • Jarrón Rojo. Una de las máscaras expuestas en Pan y Circo.
    Jarrón Rojo. Una de las máscaras expuestas en Pan y Circo.

Todo comienza según nos indica ella misma personalmente y en la información que consta en la tarjeta de presentación, después de un viaje de estudios artísticos que hizo a Londres, pero en mi opinión, si ya se decantó por inscribirse allí, es porque su interés por el arte debía de venir de mucho antes, puede incluso desde que era pequeña y veía a sus padres (sobre todo a su madre Mª Dolores Ruiz de la Canal, profesora de Restauración en la Facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla), redactar informes que contenían dibujos técnicos y artísticos -figurativos y abstractos- y sobre todo estudiar obras de arte de la antigüedad y contemporáneas, procedentes de museos y colecciones de los cinco continentes, y por esto mismo, comenzara a “familiarizarse” con todo eso que ilumina las páginas también de nuestras vidas. Por supuesto que también se le ha debido pegar algo de su padre, que aunque médico de profesión, la anatomía, los dibujos y los estudios de esta índole, de alguna manera debieron ejercer alguna influencia sobre ella, si quiera fuese por el impacto visual que estas imágenes tienen y que tanto antes o después, han marcado la carrera de los artistas.

Anita de la Cuadra en ‘Pan y circo’

Mujer Doblada. Una de las pinturas de Anita de la Cuadra expuestas.

El “Morley College” no le transmitió otra cosa que ese algo que ya llevaba dentro, porque el Arte no se elige, no es una opción, sino una imposición que las personas ajenas tal vez no comprendan ni acepten gratamente, máxime cuando su fuente de inspiración se encuentra en unas figuras de cabezas planas y cuadradas, con deformidades faciales y corporales exageradas, con la incorporación de objetos que pueden hacer las veces de ojos, melenas, bocas pintadas o cosidas, en el caso que se traten de collages tridimensionales.

Anita de la Cuadra en ‘Pan y circo’

Autorretrato con máscara ante una pintura elaborada con técnicas mixtas.

Porque también se trata de eso: de esculturas textiles, de “retratos” y “autorretratos” de personajes cercanos o llegados a su imaginación a saber desde dónde y a través de qué medio, porque también hay huellas de comix, del cine, de la ciencia-ficción, de la literatura,... en ellos, en esas figuras que disfraza bajo apariencia de monstruos divertidos. Formas que a pesar de su apariencia no sólo no dan miedo, sino todo lo contrario: ganas de abrazarlos o tenerlos como presencias amigas.

Anita de la Cuadra en ‘Pan y circo’

Retrato de Hombre. Pintura.

Cuando nos enfrentamos los comentaristas a este tipo tan personal de arte, intentamos ver antecedentes, en qué fuentes ha bebido antes de decidirse por las representaciones antropomórficas de máscaras, que parecen salidas del Carnaval de Río de Janeiro o de películas que tienen algo de surreal, de hiperreal, de seres fantasmagóricos o fantásticos. También, si ha conocido las obras de los expresionistas cromáticos americanos y europeos del siglo XX, los bestiarios medievales, los libros raros de faunas autóctonas, las otras representaciones prehispánicas y ancestrales, las máscaras de las fiestas mexicanas, criollas, las de cualquier cultura occidental, africana, asiática,...

Anita de la Cuadra en ‘Pan y circo’

Paulo, el monstruo de las playas gaditanas. Performance ecologista.

Y por supuesto del Teatro, de sus estudios en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla, de escenografías e iluminaciones escénicas que ella misma practicó hasta decidirse –de momento- por este género de obras tan originales como es ella. Obras en las que cada quien que las vea, extraerá muchas cosas y si persiste en la evolución lógica, le auguramos desde aquí, un extraordinario futuro poblado de los seres que su fantasía le dicte.

Anita de la Cuadra en ‘Pan y circo’

Primavera. Autorretrato Performativo

La identidad, la integración con el paisaje y los elementos del entorno doméstico, las posibilidades que le dan los contrastes de color, las diferentes técnicas que usa, no son otra cosa que la mejor manera de conocerse a sí misma y el mundo que la y nos rodea.

La exposición, recorre las tres plantas del restaurante, galería de arte y núcleo de numerosos proyectos que desde la calle Rivero, 11 se gestan, gestionan y exhiben.