Mañana sábado, Aznalcóllar va a celebrar su XXXII Festival Flamenco en el Parque de la Estación con un interesante cartel que encabeza el cantaor onubense Arcángel, una de las figuras indiscutibles de este tiempo. Además, estarán Alicia Gil, Macarena de la Torre, Moisés Vargas, Andrés el Montero y Pepe Manfredi, con las guitarras de Francis Gómez, Lito Espinosa y Álvaro Mora. Aznalcóllar es un pueblo de mucha tradición flamenca, que ha dado a tres figuras del cante: Pepe Aznalcóllar, Luis Caballero y El Cabrero.
Actualmente, y desde hace tiempo, destaca Andrés el Montero, continuador del estilo de José Domínguez El Cabrero, que aunque aún vive, está retirado de los escenarios por motivos de salud. Pueblo minero y agrícola, el cante en esta localidad de la provincia de Sevilla no es solo un divertimento sino una filosofía de vida. Fui muy amigo de Luis Caballero Polo, cantaor comunista, y siempre me dijo que en este pueblo se cantaba por necesidad de rebelarse contra la bota opresora.
No es extraño, pues, que saliera un cantaor como El Cabrero, que después de Manuel Gerena, el cantautor flamenco morisco, es la voz de la lucha obrera del campo, el alma contestataria, el látigo de la defensa de la libertad. También es de Aznalcóllar el poeta popular José Prada de los Santos, José el de Angelita, autor de muchos de los fandangos de El Cabrero y de una de las soleares más contundentes del coplero flamenco:
Los cantes de Andalucía
son cementerios de penas
y viveros de alegrías.
Valoro el hecho de que me inviten de nuevo a presentar este festival, como el pasado año, a pesar de mi actitud crítica con la actual izquierda. Se lo agradezco a su alcalde, Juan José Fernández Garrido, persona libre y luchadora donde las haya. También por apostar por el flamenco en la localidad, que no en todos los pueblos andaluces lo hacen de la misma manera, cueste lo que cueste y duela lo que duela.
Ardo en deseos de escuchar mañana la voz de Arcángel en aquellas tierras tan calientes y puras, en memoria de Pepe Aznalcóllar y Luis Caballero, su cuñado, a quienes tanto admiré en vida y sigo admirando. Arcángel es dueño de una voz deliciosa y personal.