Crónicas dominicales

Huellas diarias del nazismo

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09 ene 2021 / 13:18 h - Actualizado: 09 ene 2021 / 13:26 h.
"Crónicas dominicales"
  • Un partidario del fundador de Wikileaks, Julian Assange, sostiene un cartel fuera del Tribunal Penal Central.
    Un partidario del fundador de Wikileaks, Julian Assange, sostiene un cartel fuera del Tribunal Penal Central.

En estos primeros días de 2021 me ha venido a la cabeza la barbaridad del nazismo y, lo que tal vez sea peor, la perversidad humana en general cuando se le deja a ese ser de mi especie -que puedo ser yo mismo- el campo libre para hacer lo que quiera con sus semejantes. Pasolini retrató esa brutalidad interna en su última película, Saló o los 120 días de Sodoma. Pero yo llevo bastante tiempo siendo testigo de que, en efecto, los todavía negacionistas del holocausto judío, comunista y gitano no están en sus cabales o les interesa hacerse los locos.

La crueldad de los niños

La aparición definitiva del nazismo tuvo lugar en mi mente mientras veía la agresión que hace unas pocas fechas recibió en Barcelona un niño autista por parte de un grupo de chavales de su edad. La verdad es que no me sorprendió mucho, ya tengo asimilado de lo que es capaz el humano, pero sí me pregunté qué hubiera sido de aquel chico si esa pandilla de torturadores llega a estar en una sociedad sin leyes que protegieran al agredido, al revés, en una sociedad que defendiera la eliminación de las personas con lo que el nazismo consideraba minusvalías.

He de confesar que, aunque a alguien pueda extrañarle aún en estos tiempos, cuando yo estaba en el colegio también veía escenas similares aunque no tan brutales. Se abusaba del débil en algunos recreos, se le golpeaba por placer, por soltar energía, aunque nos hubieran dicho una y mil veces lo del amor al prójimo, lo de la ayuda al desvalido y todas esas cosas tan bonitas que los humanos hemos tenido que escribir por la sencilla razón de que como no somos capaces de cumplirlas porque hay dentro de nosotros un ser esquizoide, debemos dejarlo escrito y a eso se le llama cultura, un mecanismo de defensa y temor mutuo que nos impida destruirnos y autodestruirnos, así nacieron los mandamientos de la ley de Dios, por ejemplo, si se leen en plan laico.

Crueldad con mujeres y con Assange

Lo que hacen algunos individuos con las mujeres, incluso con aquellas que aman o han amado, con las madres de sus hijos y con sus hijos mismos va en la misma línea: aflora el animal primitivo que llevamos dentro. La persecución brutal de que ha sido objeto Julian Assange por parte de Estados Unidos es otra muestra de hasta dónde llega el nuevo nazismo para defenderse y proteger sus secretos. Señoras y señores, como ya les aconsejaban y les aconsejan al poder sus asesores, al menos desde la Edad Moderna, el poder debe lograr que el ciudadano sienta, no piense, y hay líneas rojas que nadie puede traspasar. ¿Por qué esa saña con Assange? Por estas imágenes que filtró al mundo, entre otras y otros muchos documentos. Imágenes que hacen pensar que los buenos no son los buenos y que por tanto los malos no son siempre los malos, imágenes que hacen sentir pero no en la línea melodramática que se debe sentir sino en la otra dirección la que puede desgastar al que se presenta como el salvador del mundo.

Hemos puesto el grito en el cielo por unos meses de confinamiento o por unas prohibiciones encaminadas a nuestro bien -y vendrán más- y Assange se ha llevado seis años de su aún joven vida encerrado en la embajada de Ecuador en Londres y en una cárcel por dar a conocer documentos que no se limitan a decirnos que el político de turno se ha comprado un chalé con una tarjeta opaca sino que van mucho más allá para tocar la estructura sobre la que se sostiene un nazismo vestido de democracia que aún no se ha detenido en la persecución y captura del herético para quemarlo en la hoguera para escarmiento general mediante un juicio donde el pescado está vendido. Se ha librado por el momento gracias a la Justicia inglesa que ha dado una de cal y otra de arena: no autorizo tu extradición a EEUU pero tampoco te dejo en libertad ni siquiera condicional.

El satanizado Nicolás Maduro

El penúltimo detalle sobre el neonazismo que voy a reflejar me llega desde el diabólico Nicolás Maduro, a quien siempre contemplamos como eso, como un ser luciferino y es evidente que debe tener muchos defectos. En una entrevista que le concedió a Ignacio Ramonet y que ha sido editada en diversos diarios latinoamericanos -aún no sé si ha llegado a Europa- el presidente para nosotros tirano y asesino de Venezuela afirma, entre otros pormenores: “Venezuela no tiene derecho a vender petróleo al mundo y cobrarlo en dólares. Venezuela no tiene derecho, como Estado, a manejar cuentas para pagar medicinas, alimentos en el mundo... No tiene derecho”. También: “¿Qué es lo que se ha derrumbado? El ingreso nacional y el ingreso de los trabajadores. Ha sido vulnerado el ingreso de los trabajadores consecuencia de la vulneración, en un 99 por ciento, del ingreso nacional en divisas”. Por último: “El oro [bloqueado] de Londres le pertenece a la República, administrado por su Banco Central de Venezuela. Las cuentas bancarias congeladas en Portugal, España, Italia, Reino Unido, Francia, los Estados Unidos, son cuentas bancarias de casi 30 mil millones de dólares que si se activaran y se recuperaran constituirían una inyección inmediata de recuperación y renacimiento económico de Venezuela, sólo con la recuperación de ese dinero. Nos han robado la empresa Citgo, una empresa con ocho mil estaciones de servicio en los Estados Unidos... Está congelada, robada por el clan Trump, nos la robó el clan Trump”.

Me dirán: “¿Te vas a creer lo que diga ese asesino?”. Sí, y más barbaridades que he leído y que leeré, porque he comprendido -por experiencias y estudio- que el ser humano puede llegar a límites insospechados cuando se siente amenazado o poderoso, tanto el que va ganando como el que va perdiendo y finalmente vence. Por ese motivo, entre otros, fue posible el nazismo que hoy sigue mostrándonos su rostro porque nunca se fue ni se irá por ahora del todo.

Pfizer: te vendo vacunas y tú me regalas agua

El detalle final que voy a reflejar en este texto, con el que se oprime a un país y se le chantajea en un mundo donde la crueldad del humano sale a flote, tiene que ver con la vacuna que nos estamos aplicando en Europa contra la Covid-19.

Según Judith C., Argentina asegura que Pfizer le ha pedido glaciares (agua) como aval para sus vacunas. Jorge Rachid, el médico especialista en epidemiología que asesora al gobierno de Buenos Aires, ha conmocionado a medio mundo con su aseveración de que Pfizer habría insistido al gobierno argentino la propiedad de glaciares estatales a cambio de mejores condiciones para la compra de las vacunas. “El laboratorio Pfizer pidió a cambio garantías como son los glaciares y permisos de pesca en territorio argentino”, indicó el médico.

La periodista escribe también: “Esta aseveración, gravísima, coincide en el tiempo con la noticia de que el agua ya cotiza en la Bolsa. ¿Coincidencia? ¿Después de que el propio directivo de la farmacéutica aprovechara sus conocimientos privados para enriquecerse supuestamente? Los más escépticos con las vacunas dudan”. Y añade: “La cada vez más preocupante escasez del agua ha llevado a los lobos de Wall Street a impulsar la entrada de este valioso líquido en los mercados de valores de materias primas. Así las cosas, desde ahora el precio del agua fluctuará y dependerá del mercado. Como el oro o el petróleo. Por primera vez se pone un precio internacionalmente válido de un recurso que es de vital importancia para la vida”.

Nos recuerda esta profesional que “hay que considerar, además, que la gran mayoría de los países del mundo tienen leyes que regulan y consideran el agua como un bien nacional de uso público. Aun así, las concesiones privadas ya son habituales. El derecho humano al agua potable y al saneamiento fue reconocido por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 2010”. Este es un tema que, en lo tocante a Andalucía, ya ha sido demostrado por el periodista de investigación y colaborador de este diario, Ricardo Gamaza.

Judith C. termina refiriéndose a la opacidad de Europa en relación con los contratos que ha firmado con Pfizer. “Varios parlamentarios europeos han reclamado a la comisaria de Salud, Stella Kyriakides, conocer el alcance de los contratos. Sin embargo, Europa se ha cerrado, justificándose en que se trata de contratos confidenciales”.

El nuevo absolutismo se abre paso

Los ejemplos descritos son pequeños grandes detalles que, unidos a otros muchos que he analizado en mis libros, nos demuestran el, por ahora, fracaso de la democracia. Y cuando la democracia fracasa ya sabemos lo que la sustituye, el comunismo está moribundo, no se preocupen tanto por él, camina hacia el mercado y está desunido, lo que tenemos encima es otro absolutismo, un neonazismo por el momento con rostro relativamente amable pero implacable en su deseo de lograr sus fines a costa de eliminar a quienes le estorben para alcanzarlos.