La vida del revés

La confianza de Pedro Sánchez

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02 sep 2019 / 07:00 h - Actualizado: 02 sep 2019 / 08:38 h.
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  • Pedro Sánchez. / EFE
    Pedro Sánchez. / EFE

Ahora, ya sabemos que el presidente Pedro Sánchez confía «en que el bloqueo en que se encuentra la política española se resuelva sin necesidad de convocar unas nuevas elecciones». Perfecto.

La afirmación parece sencilla, sin dobleces, concreta. Sin embargo, confiar y solo confiar, tratándose de algo tan serio como es el Gobierno de España, parece demasiado poco.

Según la RAE, confiar significa:

1. Encargar o poner al cuidado de alguien algún negocio u otra cosa.

2. Depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa.

3. Dar esperanza a alguien de que conseguirá lo que desea.

4. Esperar con firmeza y seguridad.

El presidente del Gobierno de España confía y eso está muy bien aunque me encantaría saber por qué lo hace y en qué confía.

Las acepciones que ofrece la RAE hablan de buena fe y de buenas opiniones, de otros, de esperanza, de conseguir cosas, de seguridad... Y no parece que case bien con la realidad política que estamos padeciendo en España.

Pedro Sánchez y Pablo Iglesias no se gustan. Ni mucho ni poco. Pedro Sánchez no se fía de Iglesias y este recela por completo del que afirma con insistencia ser su socio preferente. Estos son los llamados a formar Gobierno y sacar un país adelante.

Buena fe no parece que les sobre a estos dos políticos (entre ellos, digo). Si se echa un vistazo a la hemeroteca y se buscan las lindezas que se dedican uno al otro, podemos encontrar muchas cosas aunque buena fe, lo que se dice buena fe, no. Pedro Sánchez confía en que podrá humillar a Iglesias una vez más. Es con eso con lo que sueña. Eso, al menos, es lo que parece. Con eso y con una movilización masiva de los votantes de izquierdas dando la espalda a cualquier opción que no sea la suya, la del PSOE. Por eso Pedro Sánchez quiere elecciones y no acuerdos con Unidas Podemos. No se entendería nada de lo que está sucediendo si las elecciones no fuesen la opción preferida por el presidente en funciones.

Se le olvida a Sánchez un pequeño detalle. Los que le hemos confiado, al votar en las últimas elecciones, somos los españoles. En él y en el resto de la troupe formada por Iglesias, Casado, Rivera, Abascal y compañía. Y con los españoles sí que sirven las cuatro acepciones que nos ofrece el diccionario.

Si los políticos españoles nos arrastran a unas elecciones el próximo mes de noviembre, estaremos ante una situación ridícula. Será una estafa para millones de españoles que ya dijeron lo que deseaban. Si no llegan a un acuerdo los políticos españoles no se habrán ganado el sueldo (un dineral que están cobrando como si nada). Si vamos a elecciones habrá que pensar qué hacer porque votar a unos inútiles no es buena idea.

Confianza la nuestra, señor presidente. Confianza la nuestra.