La mujer no es un tupperware, señor Casado

Image
08 feb 2019 / 07:26 h - Actualizado: 08 feb 2019 / 10:29 h.
"Opinión","La vida del revés","Política","Pablo Casado"
  • La mujer no es un tupperware, señor Casado

No dan tregua nuestros políticos. Y si les descubren un caso de financiación ilegal o un nuevo caso de corrupción se vuelven loquitos perdidos. Suben el tono, y lo suben, y lo suben hasta niveles extravagantes. No parecen tener límites. Y, lo peor de todo, no parecen tener escrúpulos.

Pablo Casado está desatado. Ha acusado de alta traición al presidente del Gobierno de España. Pues bien, tal y como dice la sinopsis del artículo 102 de la Constitución española, que ofrece la página web del Congreso de los Diputados, se ‘establece un régimen peculiar para el caso de que la responsabilidad criminal exigida al Presidente o a los demás miembros del Gobierno lo fuera en virtud de una acusación por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones’. Es decir, si cree el señor Casado que el presidente ha cometido o está cometiendo alta traición, lo que debe hacer es seguir la ruta que marca la propia Constitución. Que se deje de tanta declaración, que deje de soliviantar los ánimos y calentar la calle, y que dedique sus esfuerzos a hacer política de altura. Aún tiene que demostrar que es capaz.

Aunque, a decir verdad, la metedura de pata sideral ha sido otra. Parecía imposible, pero Casado parece estar dispuesto a batir todas las marcas registradas hasta la fecha. Ha dicho: ‘Si queremos financiar las pensiones debemos pensar en cómo tener niños y no en cómo abortamos’. Ole, ole y ole. Le ha faltado añadir que las mujeres deben asumir que son el tupperware humano del futuro, un cacharro en el que se engendrarán los cotizantes necesarios para que el sistema de pensiones sea viable; y que si logran traer niños preparados genéticamente para trabajar mucho ganando muy poco se lo agradecerá, él personalmente, durante una merienda cena en la sede de la calle Génova de Madrid. Ha dicho que él derogaría la ley que regula el aborto actualmente sin acordarse de que cada mujer no es una máquina amasadora de fetos que suministre mano de obra al país y sí una persona libre con todo el derecho a decidir. No ha tenido en cuenta que el Estado no puede formar conciencias ya que esto supondría llegar al pensamiento único, al desastre cultural e ideológico. Las conciencias son de cada cual.

En fin, lo de siempre. Las mujeres a callar y a evitar un problema de natalidad que está poniendo en peligro la forma de vida de millones de ancianitos.

Lo de afirmar que las agendas de Cataluña y ETA son lo mismo lo dejo para otro día. Tanta estupidez política en tan poco tiempo me supera.

A mí esto me da mucha vergüenza y, lo reconozco, algo de miedo. Que el líder de un partido de Gobierno haga parecer a los de Vox unos boy scouts es preocupante al máximo.