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Iñigo Errejón. / EFE Archivo
Más Madrid se presentará a las elecciones generales del próximo 10 de noviembre; es decir, Iñigo Errejón entra en la escena política nacional. Y más de uno estará temblando ya porque el cataclismo está garantizado.
Pablo Iglesias estará preguntándose cuánto daño le hará esta nueva candidatura. Nadie lo sabe, pero la referencia la tenemos en la Comunidad de Madrid y eso fue una especie de catástrofe para Unidas Podemos. En política, como en cualquier otra cosa de la vida, los golpes suelen ser devueltos de una forma u otra. Y esta vez no iba a ser menos. El que quiso dar Iglesias a Errejón todavía se recuerda. Ya viene de vuelta.
El voto dividido en esa zona del mapa electoral puede hacer mucho daño a Pablo Iglesias. Ahora bien, Pedro Sánchez debería pensar que el peligro acecha a toda la izquierda. No debe olvidar que, a medida que han ido apareciendo nuevas opciones, las urnas han castigado a la izquierda (Podemos destrozó al PSOE de ese momento) y a la derecha (el PP sigue en caída libre desde la aparición de C’s y, hace poco, de Vox). Nuestra ley electoral no tiene compasión con el voto dividido y, al contrario, castiga esas dispersiones.
Errejón es un político más elegante que Iglesias. Iglesias se encuentra cómodo interpretando ese papel de joven que quiere cambiar el mundo aunque no sea capaz de cambiar nada de nada. Errejón interpreta el papel comedido del intelectual que arma el discurso con coherencia y tratando de escapar de los extremos. A Errejón nadie le puede acusar de comprar casas caras o de dictador dentro de su formación política. A Errejón no se le señala por haber bloqueado un Gobierno de izquierdas al votar en contra en las investiduras correspondientes. A este se le puede recordar lo bien que vivió cobrando del chavismo y esas cosas que se han gastado tanto, de tanto achacarlas, que no hacen ya daño. Cuidado con todo esto.
Sin duda, es la noticia más jugosa hasta la fecha respecto a las elecciones del próximo día 10 de noviembre. Y, tal vez, la nueva hecatombe para la extrema izquierda o la posición más moderada que quiere ocupar Sánchez. Será interesante conocer la evolución de Iglesias respecto a la decisión de la asamblea de Más Madrid. Sus primeras declaraciones serán de bienvenida a otra opción porque representa libertad. Ya veremos dentro de un mes lo que dice.
La gran pregunta es si Errejón será el sexto niñato de la troupe o logrará demostrar madurez política y talla intelectual suficiente. Esa es la pregunta.