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Detención de presuntos terroristas. / EFE
El yihadismo es un movimiento criminal que puede actuar en cualquier lugar del mundo con cierta facilidad. Los atentados terroristas que se han ido produciendo durante los últimos años han causado el pánico entre la población civil de prácticamente todos los países del mundo. La amenaza es global. El yihadismo es un movimiento terrorista que tiene como objetivo hacer trizas el modo de vida occidental, la filosofía de toda una civilización, unas tradiciones ancestrales y una estructura social que sostiene a muchos millones de personas. Es el gran peligro del siglo XXI.
En España se han ido deteniendo presuntos terroristas sin pausa. Desde el año 2017, el número de personas que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han logrado detener se eleva a 150. La vigilancia y la labor de prevención están dando unos resultados magníficos aunque las amenazas que llegan a través de diversos medios provocan que esa labor no pueda dejar de producirse con intensidad. Cárceles, ámbitos religiosos de carácter radical o fanático e Internet, permiten la radicalización de personas que terminan decidiendo que la violencia es la forma de vencer no se sabe bien qué guerra.
Es claro que España es un objetivo señalado en repetidas ocasiones y eso no permite al Estado que relaje las medidas de seguridad. Además, otros países siguen recibiendo ataques imposibles de detectar a pesar del trabajo policial. La alerta constante, aunque molesta, debe conservarse todo el tiempo que se necesario.
Es necesario que las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado continúen trabajando, que la colaboración ciudadana vaya a más, que se indague en los países de origen del problema para diagnosticar correctamente y buscar una solución eficaz. El peligro existe y acecha.