Editorial

El Rey y lo bueno que se está constatando

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09 ene 2020 / 08:00 h - Actualizado: 08 ene 2020 / 12:40 h.
"Editorial"
  • Los reyes abandona el Salón del Trono del Palacio Real tras finalizar la celebración de la Pascua Militar. / EFE - Mariscal
    Los reyes abandona el Salón del Trono del Palacio Real tras finalizar la celebración de la Pascua Militar. / EFE - Mariscal

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De todo lo que está sucediendo en España, durante los últimos días y en el ámbito político, también se pueden sacar conclusiones agradables que reconcilian con la realidad.

Una de ellas es, por supuesto, que ha quedado claro que el pueblo español está muy por encima de su clase política y que muy pocas cosas estúpidas y extravagantes de las que suceden son merecidas. Unos políticos tan mediocres son una lacra que arrastran a España a una deriva peligrosa e incierta. No se puede hacer distinción alguna entre los políticos de unos partidos u otros. Ni tienen ideologías que se nutran de modernidad o de una mirada clara y decidida hacia el futuro; ni tienen claro que su responsabilidad está tan por encima de sus capacidades que todo invita a que se produzcan dimisiones en cadena.

Otra es poder comprobar, en cada ocasión, que el Rey cumple con su cometido sin dudas, con el compromiso que tiene respecto a la defensa de la Constitución española. Durante la Pascua militar volvió a demostrar que sabe estar en su sitio y que no cede ante la presión espúrea de políticos que parecen macarras de tercera por sus formas zafias y fuera de todo territorio en el que la cortesía es lo mínimo que puede exigirse a alguien que representa a un colectivo. En ese acto, el Rey quiso resaltar el compromiso del Ejército con la Constitución si referirse a una situación política liderada por Pedro Sánchez (máximo culpable de que esos macarras de tercera campen a sus anchas por el escenario político nacional), un presidente incapaz de defender al monarca ante los ataques de la representante de EH Bildu en el Congreso de los Diputados, Mertxe Aizpurua.

Habrá que confiar en que la crispación actual que se va extendiendo a todos los ámbitos de la sociedad civil, se vaya diluyendo y que la tranquilidad social presida la vida de los españoles. Gracias al Rey, como garante de la Constitución, y a pesar de la clase política.