Ideas independentistas convertidas en excusas para ejercer la violencia

Image
18 oct 2019 / 07:20 h - Actualizado: 18 oct 2019 / 07:28 h.
"Editorial","Carles Puigdemont","Quim Torra"
  • Disturbios en Barcelona. / EFE
    Disturbios en Barcelona. / EFE

La sentencia del procès no ha sido la causa de los sabotajes, de la violencia extrema o de Barcelona incendiada, entre otros desastres recientes. La sentencia del procès era lo que necesitaba Torra y los grupos radicales (que Torra señala como si de infiltrados se tratasen miles de personas que toman las calles desde hace cuatro días) para dar un paso más en la espiral de estupidez política que encabeza un político irresponsable que es títere de otro fugado, y que necesitan de esto para seguir políticamente vivos. La sentencia es solo una sentencia y las calles de las ciudades catalanes forman parte de una realidad que Torra ha dibujado después de no querer ver la división social, después de arrasar las instituciones catalanas y de convertir el independentismo en un movimiento que intenta un equilibrio imposible entre las sonrisas y el lanzamiento de ácido a los miembros de los Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

La oposición dejaba ayer solo al president cuando propuso en sede parlamentaria un nuevo referéndum y, por tanto, la vía unilateral y de confrontación con el resto del Estado español. Todos los líderes políticos de esa oposición pedían la dimisión de Torra. Por otra parte, se escenificaba la ruptura definitiva con sus socios de gobierno. Si algo está quedando claro es que Torra, un mal político, ha convertido las ideas independentistas en problemas de orden público; lo que parecía un movimiento pacífico se ha convertido en todo lo contrario puesto que, si bien es cierto que son muchos los que participan en concentraciones pacíficas, lo es también que la condena de esos actos suelen ser tibios en todos los ámbitos.

Torra y Puigdemont han creado un monstruo que ha comenzado a devorar todo lo que tiene cerca. Y sus víctimas podrían ser sus propios creadores.