«Legislar más allá de tus propias creencias» es la idea que han manejado los políticos del PNV al enfrentar la redacción y posible aprobación de la nueva ley de eutanasia que se aprobará en España. Es, tal vez, la única actitud posible ante una demanda social que alcanza al 90 por ciento de la población española. La sociedad es mayoritariamente favorable a esta ley que colocará a España en la vanguardia de los avances sociales de todo el mundo. Si el sufrimiento de las personas y sus necesidades básicas se han ido solucionando con la ley del matrimonio homosexual, la ley de violencia de género o la ley de igualdad, ahora, con esta ley de eutanasia que llega, otra de las aristas con las que las personas se enfrentan quedará aliviada. Además, no solo el PNV se ha sumado al PSOE y Unidas Podemos. Gran parte del arco parlamentario estará a favor de legislar para que la muerte digna sea una realidad en nuestro país; todo el arco excepto PP y Vox que, desde una postura incomprensible cuando la sociedad demanda de forma clara una ley de estas características, la han calificado de «un proyecto de ingeniería social» o «asesinato» respectivamente.
Llegar al momento de la muerte en condiciones indignas para la persona es algo que se debe evitar; y para ello es absolutamente necesario legislar. Se trata, en definitiva, de proporcionar una muerte en condiciones dignas si sufren enfermedades graves, incurables, crónicas o invalidantes contrarias a la vida que le corresponde a un ser humano. Y se trata de garantizar que esos procesos sean revisados adecuadamente por una comisión y por los propios médicos que podrían declararse objetores de conciencia. Por supuesto, la persona deberá confirmar su deseo durante el proceso hasta en cuatro ocasiones.
España se coloca en Europa al frente de logros sociales que modernizan nuestra sociedad.