Masiva movilización contra el cambio climático

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07 dic 2019 / 08:00 h - Actualizado: 06 dic 2019 / 22:52 h.
"Cambio climático","Editorial"
  • Masiva movilización contra el cambio climático

Ayer, según los organizadores, más de medio millón de personas se manifestaban en las calles de Madrid para presionar a los líderes de los países que han estado participando en la Cumbre del Clima de Naciones Unidas COP25; un evento que se ha desarrollado en Madrid después de la renuncia de Chile debido a los altercados que se han producido en el país andino. Es necesario señalar que se ha demostrado una capacidad organizativa de gran nivel y en un tiempo record.

Medio millón de personas son muchas personas y deja claro que la sociedad española está más que concienciada con uno de los problemas más graves que jamás haya conocido el ser humano. Negar el cambio climático y sus terribles consecuencias es cosa de pocos y de gentes con un perfil casi arcaico. Es necesaria una solución, un compromiso de los países de todo el mundo, la colaboración de todos los seres humanos que pueblan el planeta si queremos que este asunto tenga solución.

Lidera este movimiento mundial una cría de 16 años. Se llama Greta Thunberg y levanta tantas pasiones como dudas. Aunque es indiscutible la importancia de lo que dice y lo que ha hecho hasta ahora, podría ser conveniente revisar qué se está haciendo con esa joven y las consecuencias negativas que eso puede tener para ella misma y para el movimiento. Que el mensajero se haga más importante que el mensaje no ayuda demasiado.

Sea como sea, es necesario que se reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero a un ritmo del 7, 6 por ciento durante los próximos 10 años. No se puede llegar a un aumento de más de 1,5 grados centígrados de aquí a final de siglo. Supondría una catástrofe. Los últimos años se han ido batiendo records de emisiones sin parar y la media anual se elevó a 1,5 por ciento de incremento. Un verdadero disparate. Un descenso del 45 por ciento de aquí a 2030 y llegar a la neutralidad del carbono (emitir solo el carbono que la Tierra es capaz de asumir) en 2050 es el objetivo. Los líderes políticos están obligados a hacer algo.

Que el Parlamento Europeo declarase la emergencia climática hace unos días es un gesto importantísimo que podría animar a otros países de distintos puntos del planeta a seguir el ejemplo.

No se puede olvidar que los países del G20 son responsables del 78 por ciento de las emisiones. Y no se puede olvidar que Trump se separa de los acuerdos de París, que los chinos no están ni se les espera, que los indios hacen lo mismo y que en Brasil el Gobierno niega el cambio climático y que la Amazonía esté en peligro. Así, queda mucho camino por hacer y no hay demasiado tiempo ni demasiado margen a que agarrarse.