Políticos aplaudiendo y la casa sin barrer

Image
01 ago 2020 / 06:00 h - Actualizado: 31 jul 2020 / 21:22 h.
"Política","Editorial"
  • Políticos aplaudiendo y la casa sin barrer

La falta de empatía de los políticos españoles con la ciudadanía de este país es monumental e injustificable. Parece que no se enteran de lo que está ocurriendo: la caída del PIB es histórica y representa la pérdida de todo lo conseguido desde el año 2002; las cifras de paro son preocupantes y muy difíciles de digerir (al convertirse los ERTES actuales en despidos, el desastre será insostenible); los casos de contagio de Covid-19 se disparan y hacen que la imagen de España en el exterior perjudique gravemente al sector turístico que, a su vez, afecta a todo nuestro tejido productivo. Es difícil pensar n un situación peor.

Como las cosas de la pandemia van de mal en peor, Pedro Sánchez convocó a todos los diputados para que le aplaudieran mucho. Todos muy apretados y dando muchas palmas. Produce cierto sonrojo. Pero la oposición tampoco ayudó mucho. Desde Vox hicieron aspavientos para que se fijasen en ellos y desde el PP miraron sin saber qué hacer ni qué decir. El caso es que los problemas parecen ser lo de menos. Los políticos piensan en sus propias carreras y en sus partidos. Solo en eso.

Así no puede superarse una crisis de las dimensiones que tiene la actual. Así es imposible generar confianza en un pueblo herido que ha perdido a casi 50.000 compatriotas entre mentiras en los datos y burlas del Gobierno (el asunto del comité de expertos que no existía resulta un insulto a la inteligencia de las personas). Y habrá que trabajar duro para que esas cantidades salvadoras que han de llegar a España desde Europa no se queden por el camino. Hay que entregar cuentas serias y creíbles, planes de inversión que inviten a pensar que España es un país serio y, todo ello, sin depender de independentistas que siguen viviendo una ensoñación absurda.

Sería muy interesante que, en contraposición a un Gobierno tan dependiente de fuerzas políticas alejadas de la realidad y del bien común para los españoles, la oposición hiciera un trabajo serio, constructivo y pegado al patriotismo. A día de hoy, la oposición del PP es inservible y la de Vox completamente ridícula por estar por detrás del propio interés partidista de Abascal.

El panorama es, sencillamente, desolador.