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A la derecha, Enrique Javier Sanz Zamora, ganador de los premios de pintura de la Fundación Marqués de Guadalcanal en 2018. / J.Á.F. -
Una de las obras expuestas en el templo. / J.Á.F.
Aunque cada pueblo tiene un ilustre del que presumir, Guadalcanal tiene varios, pero tan solo uno de ellos ostentó la condición de marqués. Antonio Fontán Pérez fue su nombre. Marqués de Guadalcanal, su título. Aunque no lanzó su primer llanto en este pueblo de la Sierra Morena de Sevilla, sí que su vinculación y la de su familia es tal que puede hablarse de un guadalcanalense de pura cepa. En el recuerdo de muchos quedó aquel discurso que en su propio pueblo pronunció para celebrar el trigésimo aniversario de la democracia en los ayuntamientos. Fue ese mismo verano cuando el Consistorio le hizo entrega de la medalla de oro de la villa, y a su vez Su Majestad el Rey Juan Carlos I le otorgó el título de Marqués de Guadalcanal.
Antonio Fontán Pérez pasó a la historia como el primer presidente del Senado. Intervino en la redacción de la actual Constitución Española y luchó activamente por la libertad de expresión. Aquella medalla que en su día recibiera del que siempre fue su pueblo, le fue impuesta en la iglesia de Santa Ana, templo mudejar de especial calado para todo guadalcanalense. Es allí donde todavía hoy reside gran parte de su legado. Y es que Antonio Fontán, ampliamente comprometido con el ámbito cultural dejó dicho en testamento que a su muerte se continuara apoyando el mundo cultural y periodístico.
Desde entonces, cada año se celebra en Guadalcanal un concurso de pintura que lleva por nombre el del propio marquesado. Lo otorga la Fundación Marqués de Guadalcanal y lleva aparejada una importante dotación económica, de ahí que la participación sea amplia y de calidad. Dichos premios, arraigados ya, como la propia historia de la concesión del marquesado, en Santa Ana, se fallan a finales de julio coincidiendo con la festividad de este mismo barrio. Un jurado de expertos visiona las obras presentadas y emite un veredicto. Aunque la temática es libre, no faltan referencias al pueblo de Guadalcanal y su entorno. Las obras que no resultan premiadas se devuelven a sus autores, mientras que la ganadora se queda en Guadalcanal.
Dormitarán para siempre en Santa Ana. Bajo su majestuosa cúpula cuelgan ya lienzos que serán eternos y que prometen llenar las paredes de un edificio tan mágico como emblemático. Bajo su techo, Santa Ana alberga obras de gran calidad y de artistas con nombre dentro del panorama cultural, como Daniel Franca, quien ganara el premio en 2015 y que posteriormente ha expuesto en importantes galerías de Estados Unidos. El premio de este año, el que supone la octava edición, recayó en la figura del marchenense Enrique Javier Sanz merced a su obra Concepción del paisaje. En ella, el autor muestra un paraje serrano muy propio de la zona, una obra que juega con el desenfoque y la intuición de los elementos. Unos elementos que son más que apreciables a cierta distancia, consiguiendo una especie de niebla que bien podría cubrir cualquiera de las sierras de Guadalcanal. Una obra que pasará a engrosar las paredes de un templo cargado de arte y que ya de por sí, es arte en si misma.
Por otra parte, los premios de la Fundación Marqués de Guadalcanal no se agotan en la pintura, sino que también tiene un prestigioso premio de periodismo político. Hay que recordar que el primer Marqués de Guadalcanal, Antonio Fontán, fue un hombre muy comprometido con la comunicación y la información. Fue uno de los impulsores de lo que hoy es la Facultad de Periodismo de Navarra y director del principal medio de la oposición durante la dictadura de Franco, el diario Madrid. Al igual que ocurre con la pintura, en el ámbito del periodismo, la fundación ha querido hacer un premio digno y en su exquisito palmarés destacan nombres como el del exdirector de ABC Ignacio Camacho; Valentin Puig columnista de El País; Mario Vargas Llosa premio Nobel de Literatura; o Esperanza Aguirre expresidenta de la Comunidad de Madrid.