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Ecoperiodismo

El agua y la vida de Doñana

Entrevista a Carmen Díaz Paniagua, bióloga e investigadora de la EBD y especialista en anfibios

Ricardo Gamaza RicardoGamaza /
25 jul 2021 / 04:00 h - Actualizado: 25 jul 2021 / 06:33 h.
"Agricultura","Doñana","Ecoperiodismo","Temporales","Animales","Entrevista","Sostenibilidad","Otoño","Invierno"
  • Carmen Díaz Paniagua.
    Carmen Díaz Paniagua.

Investigadora de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), Carmen Díaz Paniagua, empezó su carrera especializándose en estudios de ecología de anfibios y reptiles, pero actualmente también se dedica al estudio de las lagunas temporales, analizando la dinámica de sus comunidades tanto de plantas como animales.

-Usted ha dicho que “la vida de Doñana es el agua”. ¿Con el acuífero que alimenta Doñana sobreexplotado habrá vida en Doñana?

-Doñana es Parque Nacional por la importancia de sus hábitats acuáticos, que favorecen la conservación de una gran diversidad de especies. Además de la marisma, de suelos arcillosos impermeables, el resto de Doñana se caracteriza por sus suelos arenosos, muy permeables, en los que hay multitud de lagunas que se llenan gracias a la proximidad de las aguas subterráneas. Con las lluvias de otoño o de invierno, el acuífero se recarga y suben los niveles. Cuando los niveles freáticos alcanzan la superficie del terreno, se inicia el ciclo de inundación de las lagunas temporales. Con el acuífero sobreexplotado las aguas subterráneas están cada vez más lejos del fondo de las cubetas de las lagunas. Las lagunas necesitan mayor cantidad de lluvias para llenarse, se llenan más tarde, se secan antes, e incluso muchas de ellas no llegan a inundarse. Al acortarse el periodo de inundación, muchas de las especies no pueden completar su ciclo anual. Muchas de ellas están adaptadas a resistir la alternancia de años buenos y años malos, pero el deterioro continuado de los ciclos de inundación, como está ocurriendo en los últimos años, tiene como resultado la desaparición de especies. Comienza entonces la invasión de las cubetas lagunares por especies terrestres. No es que no haya vida realmente, pero ya no serán especies acuáticas, y Doñana dejaría de tener importancia como humedal.

-Durante años usted estudió las lagunas temporales de Doñana. ¿Qué descubrió?

-Lo más importante de nuestro trabajo ha sido valorar la importancia de este sistema de lagunas. Este tipo de lagunas, de carácter temporal, está actualmente considerado como hábitat prioritario, lo que significa que contiene un gran número de especies raras y amenazadas que las caracterizan, por lo que es importante conservarlos. El sistema de lagunas de Doñana tiene, sobre todo, una gran abundancia de lagunas lo que permite que haya una excelente conectividad entre ellas favoreciendo la dispersión de las especies. Además, hay lagunas de todo tipo: grandes, pequeñas, someras y extensas, de largo, corto o intermedio periodo de inundación, lo que garantiza la existencia de especies con distintas características en cuanto a su ciclo de vida; en definitiva, garantiza una alta biodiversidad. A todo esto se unen las amplias diferencias en precipitaciones que se producen entre distintos años en un área mediterránea, lo que incrementa todavía más variabilidad de las lagunas, favoreciendo unos años a unas especies, mientras que otros años son otras las más favorecidas, con lo que a largo plazo, no se favorece solo a determinadas especies sino a todas en general. La importancia de conservar la fluctuante dinámica de los ciclos de inundación es una de las principales resultados de nuestro trabajo sobre las lagunas.

-Aparte de las lagunas de Doñana, ¿cómo ves el resto de masas de agua? Lo digo porque el futuro de las marismas depende en un 70% de la lluvia, pero no llueve...

-Si por masas de agua te refieres al acuífero, aunque solo se han declarado en riesgo tres de las cinco masas de agua (las más próximas a la zona de cultivos), yo pienso que las otras dos masas también están afectadas, ya que el deterioro de las lagunas lo observamos en todo el área de Doñana, no solo en la zona norte. En cuanto a la marisma, yo no la he estudiado, pero la inundación de la marisma depende también de los aportes que recibe de los arroyos y caños del área arenosa, que cada vez son menores, por lo que su periodo de inundación también está sufriendo alteraciones importantes.

No llueve..., sí, es cierto, en los últimos años no hemos tenido ninguno con precipitaciones por encima de la media. Pero también hay que añadir que en estas circunstancias, deberíamos tener más cuidado por conservar el área, y tomar medidas que reduzcan, o al menos no incrementen, el deterioro de estos hábitats. Las extracciones de agua en el entorno de Doñana deberían vigilarse especialmente en estos periodos secos, y controlarlas o incluso limitarlas cuando la conservación de Doñana lo necesite.

-Su especialidad son los anfibios, las criaturas más sensibles a la pérdida de agua en un humedal. ¿Hay datos o conocimiento científico sobre como está afectando a estas especies que Doñana se esté secando?

-Los anfibios son los vertebrados más amenazados, pero hay otros grupos importantes que también están igualmente o incluso más afectados. Uno de los grupos que detectamos con mayor deterioro es el de las plantas acuáticas. En general, nosotros detectamos que las especies más afectadas son las asociadas a las lagunas de mayor periodo de inundación, ya que las lagunas han acortado su fase acuática. Hay un buen número de plantas acuáticas, algunas amenazadas, que ya solo las encontramos en lagunas que se mantienen artificialmente. En los anfibios, lo que detectamos son cambios en la abundancia de las especies: la especie más abundante hace unas décadas era precisamente la que tiene un periodo de desarrollo más largo, el sapo de espuelas. Hoy día, la mayor abundancia corresponde a una especie propia de lagunitas de corta duración, el sapo corredor. Aun así, la fauna de anfibios de Doñana todavía se puede considerar bien conservada.

-Un amigo conservacionista me dice que en Doñana hay mucho “patocentrismo”: que se dan los datos de récord de aves en el espacio pero se olvidan otras especies, como por ejemplo los anfibios. ¿Qué opinas?

-Que cada uno habla de lo que sabe. A lo mejor, antes solo sabíamos de patos, ahora sabemos bastante también de los anfibios, las plantas, los macroinvertebrados y de la dinámica de las lagunas de Doñana. Todo es importante: tanto el pato como el sapo.

-Este año vuelve a ser un año seco. Las aves se concentran en zonas como Veta la Palma (finca privada), los arrozales... Pero la zona que depende de la gestión pública directamente está sin agua. ¿Porqué sucede esto?

-No lo sé, pero no debería ser así. Deberían ponerse todos los medios posibles para conservar Doñana, y evitar que en los años peores, las lagunas y la marisma se sequen mientras que las áreas colindantes, ya sean cultivadas o urbanizaciones, no tengan ningún tipo de restricciones.

-Siempre se señala a la agricultura como gran consumidora del agua de Doñana, pero lo cierto es que una macrourbanización como Matalascañas, planificada en los años 60, que en estas fechas se llena de veraneantes es una gran consumidora de recursos hídricos, ¿no?

-Sí, completamente cierto. El abastecimiento de Matalascañas se realiza con bombeos de aguas del acuífero. Las lagunas más próximas a Matalascañas empezaron a secarse poco después del inicio de la construcción de la urbanización. Las lagunas peridunares son las más importantes de Doñana, y están muy próximas a la urbanización. Actualmente hay dos de estas lagunas completamente secas, y otras dos con claras tendencias de desecación, y se ha demostrado que están afectadas por los bombeos de Matalascañas. La urbanización se ha desarrollado sin tener en cuenta su influencia sobre el Parque Nacional. Debería funcionar en consonancia con su localización. Debería ser un ejemplo de sostenibilidad, con una buena política de ahorro de agua, y controlando el consumo cuando hace falta. En años secos, cuando las lagunas permanentes están casi secas o secas del todo, resulta muy triste pasar por Matalascañas y ver verdes jardines, o las rotondas, con sistemas de aspersión funcionando sin control.

-¿Cómo se puede salvar Doñana?

-Hay que conseguir que vuelvan a restaurarse los niveles del acuífero. Y esto requiere ya medidas urgentes. El deterioro del acuífero es algo que se viene alertando desde los años 80, pero no se ha tenido en cuenta hasta ahora. Si tardamos mucho más en arreglarlo, al final a lo mejor conseguiremos tener agua, pero mientras tanto, se habrán perdido muchas especies y gran parte de la riqueza de los medios acuáticos de Doñana.

-Tú eres científica. Me gustaría que me contases si las mujeres que se dedican a la ciencia lo tienen más difícil que los hombres.

-¡Por supuesto! Aunque los hombres también lo tienen difícil. Mi opinión es que el sistema está muy mal, y se tarda demasiado en estabilizar al personal científico. Tanto hombres, como mujeres tardan mucho en estabilizarse como científicos en España, al menos en mi área científica. En el caso de las mujeres, cuando empiezan a tener hijos, se reduce el tiempo que tienen para dedicarle a la ciencia, y no podemos competir con el tiempo que le suelen dedicar los hombres. Si salieran más plazas, y bajara la edad a la que se estabilizan los científicos, probablemente habría el mismo número de científicos y científicas en plantilla. Pero por ahora, mientras que la estabilidad se esté consiguiendo por encima de los 35-40 años, se está favoreciendo a los hombres, porque a esa edad las mujeres, si tienen hijos, son menos competitivas, o tienen que buscarse otro trabajo más estable para mantenerlos.