Gavidia. De nuevo en el punto de partida

La antigua comisaría vuelve a ser objeto de otro proceso para cambiar el uso de sus golosos suelos. Ha pasado de espacio público a gran superficie comercial

21 jul 2018 / 22:30 h - Actualizado: 21 jul 2018 / 22:41 h.
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  • El céntrico edificio lleva clausurado desde julio de 2003. / Fotos: Txetxu Rubio
    El céntrico edificio lleva clausurado desde julio de 2003. / Fotos: Txetxu Rubio

Más de 7.500 metros cuadrados en pleno centro de Sevilla llevan sin oficio ni beneficio desde hace 15 años. El inmueble de la antigua comisaría de la Gavidia, con un estado de conservación pésimo, sigue sin tener definido su futuro. En este tiempo, el edificio, tras años en barbecho, ha ido cambiando de usos conforme los distintos gobiernos municipales planteaban posibilidades para dar un uso al espacio. Sin éxito. El último intento de poner solución a esta «herida abierta en el corazón de la ciudad», como la han definido en más de una ocasión los portavoces municipales, arrancó hace unos días cuando la Gerencia de Urbanismo solicitó el informe medioambiental, que es requisito indispensable para arrancar una nueva tramitación que permita resucitar la Gavidia.

Fue en julio de 2003 cuando las dependencias policiales salieron del inmueble debido a su estado ruinoso. Entonces comenzaron unos años de olvido generalizado del inmueble. En 2005 el Consistorio hispalense, con Alfredo Sánchez Monteseirín en la Alcaldía, pactaba con el Estado la compra del palacio de la Gavidia, tasado entonces en 12,2 millones, gracias a un convenio por el que el Ayuntamiento abonaría 9,9 millones en metálico en tres plazos y cedería cuatro terrenos (Macarena, Nervión, Distrito Sur y Bermejales valorados en 2,3 millones de euros) en los que el Ministerio del Interior construiría sendas comisarías. En todos estos años, el gobierno local ha ido satisfaciendo los compromisos aunque no ha concluido la liquidación completa, pues aún falta por entregar los suelos para que se construya una comisaría en el barrio de Nervión.

A esto se le añade que, en la redacción del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) y previamente al convenio con el Estado, el Consistorio hispalense quiso blindar urbanísticamente el espacio de posibles especulaciones y lo calificó como suelo de Interés Público y Social (SIPS). Además, al ser clausurada, diversos grupos conservacionistas consiguieron que la Comisión de Patrimonio valorara el edificio como un referente del funcionalismo sevillano de los años sesenta. Por ello, el PGOU lo protege con un grado C y fue incluido por la Ley de Patrimonio Andaluz de 2007 como bien de catalogación general.

Con todos estos condicionantes, en la etapa de Juan Ignacio Zoido (PP) en la Plaza Nueva, y gracias a su mayoría absoluta, se iniciaron los trámites para cambiar la calificación de los terrenos y considerarlos como una gran superficie comercial con la idea de que albergara un espacio de compras, una idea que había rondado ya por el Ayuntamiento durante la etapa de la coalición PSOE-IU. En cualquier caso, la tramitación iniciada por Zoido nunca llegó a hacerse efectiva. Los trámites se prolongaron hasta después de las municipales de 2015. Con un informe contrario de la Comisión de Patrimonio, el PP en la oposición, Juan Espadas (PSOE) como nuevo regidor y el apoyo de la mayoría de la Corporación municipal, una moción de IU en un pleno tumbó esta opción y abrió una nueva, otra más, etapa para la Gavidia.

El alcalde socialista, como paso previo, encargó un estudio de la situación del edificio de 1962 tras tantos años de abandono. Incluso se llegó a abrir la puerta a un posible derribo, algo que el gobierno local descartó rápidamente. Con los resultados del informe en la mano –las obras de consolidación supondrían alrededor de un millón–, Espadas inició un proceso de recepción de propuestas para, una vez contempladas todas, realizar una nueva modificación de la calificación de los suelos. La intención era ver qué futuro era posible y en función de esto cambiar el PGOU.

Fueron seis los proyectos presentados. Tres de ellos para construir un hotel de lujo y otros tres para distintos usos sociales y comerciales. Sólo dos de los ofertantes no aspiraban a la compra del inmueble sino a una concesión administrativa. De hecho, algunas de las opciones contemplaban también la recuperación de la iglesia de San Hermenegildo como espacio cultural y la reurbanización de la plaza de la Concordia.

¿Qué calificación da respuesta a todo esto? El uso terciario. Con esta consideración se permitiría el pequeño y mediano comercio, oficinas y espacios de emprendimiento, hoteles, cines, equipamientos deportivos o servicios públicos. Un amplio abanico que daría cabida a cualquiera de los proyectos que se postularon para la Gavidia, que en 2017 fue declarada como «lugar de memoria histórica» por la Junta de Andalucía.

Los trámites iniciados esta semana por Urbanismo aún llevarán un tiempo –necesitan aprobación inicial, provisional y definitiva en pleno con sus correspondientes alegaciones– antes de que cualquiera de estos planes puedan desarrollarse. Y es que, además, hay otro fleco pendiente. La Gavidia aún no es municipal. El suelo pendiente de Nervión, ya aceptado por Interior como último pago del convenio, requiere de otra tramitación (el cambio del Plan Especial) que también se inició esta semana. Así, la antigua comisaría está ahora pendiente de las modificaciones urbanísticas para, de una vez por todas, acabar con tanto embrollo y tener un futuro.