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Vendimia en una finca de la provincia de Sevilla. / Paco Puentes
Hasta ahora, un buen vino del Marco de Jerez solo podía haber envejecido en el llamado triángulo del Jerez: Jerez de la Frontera, El Puerto de Santa María o Sanlúcar de Barrameda. El triángulo estaba bastante cerrado. La uva de la que procedían esos vinos había crecido, sin embargo, en un marco muchísimo más amplio, desde Lebrija, en la provincia de Sevilla, hasta Puerto Real, junto a la Tacita de Plata, pasando por Trebujena, Chipiona, Rota o incluso Chiclana. Pero el triángulo ha sido siempre el triángulo. Este lunes, sin embargo, se ha puesto fin a esa consideración con la publicación en BOJA de una orden de la Consejería de Agricultura de la Junta de Andalucía que no solo hace realidad los cambios normativos de las denominaciones de origen de estos vinos, sino la reivindicación histórica de tantos productores como llevan siglos señalando que sus vinos son tan jerezanos como los de Jerez. Desde esta semana, una bodega de Lebrija como la de González Palacios, de Chipiona o de Chiclana podrá completar la totalidad del proceso de crianza y sus vinos quedarán acogidos a la Denominación de Origen con todas las de la ley.
En Trebujena, su alcalde, Ramón Galán, ha felicitado a los viñistas del pueblo, así como a las cooperativas locales (Virgen de Palomares y Albarizas) por el buen fin de una reivindicación “histórica”. “Nos alegramos de que por fin Trebujena sea considerada zona de crianza de Jerez-Xerés-Sherry, una denominación que por calidad y características no tenía sentido que no tuvieran los vinos trebujeneros”, ha dicho el primer edil, que ha anunciado ya que están preparando actos extraordinarios para celebrar la nueva condición de sus vinos de cara al Concurso del Mosto, el primer fin de semana de diciembre.