El central bético Antonio Amaya. Antonio Amaya se ha convertido, por su buen rendimiento, en el central insustituible en el Betis, y va a poder seguir siéndolo después de que el Comité de Apelación le quitara la tarjeta roja recibida en Valencia. Este martes, en declaraciones a Radio Sevilla, el central madrileño contestaba a la posibilidad de forzar una tarjeta amarilla ante el Getafe, que le permitiera descansar ante el Granada y llegar limpio al derbi: Estoy con cuatro tarjetas y para un central es delicado, pero no se puede jugar pensando en eso, afirmó, aunque sin ser muy contundente, entre bromas y veras, señalaba que yo no voy a buscar la tarjeta en el próximo partido para jugar el derbi. Y si lo hago no lo voy a decir (entre risas). A un central es fácil que le saquen una amarilla. Pese a que aún siente molestias en el tobillo izquierdo tras el golpe de Soldado que dio paso a la roja, aseguró que estoy entrenando perfectamente y estoy a disposición del míster. Es curioso que prácticamente hoy se le pueda considerar imprescindible en el once de Mel cuando, él mismo lo reconocía, empezó como quinto central: Es cierto que era el quinto central, que soy ahora el primero no lo pienso. En la plantilla hay centrales muy competitivos y se puede pasar en cualquier momento a ser de nuevo el quinto, afirmaba. En cuanto a la incidencia de los arbitrajes, afirmó que todo el mundo comete errores y puede que en estos 10 últimos partidos nos piten algún penalti que no lo es. Sin embargo, insistió en el partido de Valencia: No fue normal lo que le dijo el árbitro a Rubén Castro. Cometió un grave error que no debe volverse a repetir. El arbitraje de ese partido fue nefasto pero no hay vuelta atrás. Pese a este hecho, dijo: Me dices los nombres de los árbitros y no les pongo cara. Me centro en mis compañeros y en los rivales. No soy rencoroso y no me acuerdo de lo que pasó.