La segunda sesión de comparecencias en relación a la proposición de ley para la regulación de la fiesta de los toros como Bien de Interés Cultural contó con la apabullante intervención del catedrático Andrés Amorós, que logró desmontar los tópicos más manidos del habitual discurso antitaurino y puso el dedo en el centro de la llaga al denunciar la presencia del activista argentino Leonardo Anselmi, principal impulsor de la marea abolicionista que culminó con la prohibición del parlamento catalán. ¿Es necesario que para desarrollar esta ley haya tenido que venir un activista antitaurino profesional que se dedica a ello a tiempo completo y nadie sabe quién le paga?, se preguntó el profesor Amorós contestando con una nueva pregunta ¿Me hubieran llamado a mí desde el Parlamento argentino para ir a decir que el tango es una manifestación que conduce a la prostitución, a la violencia o a los más bajos instintos?. Pero el escritor, que recordó que la normativa actual permite al gobierno legislar a favor de la Tauromaquia expresó algunas dudas razonables: Las cosas se han hecho regular por no decir mal. Lo lógico es que los dos partidos mayoritarios de ámbito nacional hubieran llegado a un acuerdo para alcanzar unas bases mínimas de entendimiento y conseguir una regulación lógica y normal de la Tauromaquia como bien de interés cultural. Amorós afirmó que la Tauromaquia suponía un hecho cultural en sí misma que se concreta en ese animal maravilloso que es el toro bravo y finalizó su intervención citando el poema de Miguel Hernández, Como el toro. La mañana se había iniciado con la intervención de José Enrique Zaldívar, presidente de la Asociación de Veterinarios por la Abolición de la Tauromaquia, que más allá del discurso habitual del activismo antitaurino presentó una novedad sorprendente: La desaparición de los festejos taurinos supondría la supresión del toro de lidia, aunque eso a mí no me preocupa, afirmó el veterinario. El argentino Anselmi, catalizador del movimiento antitaurino a un lado y otro del Atlántico pidió que la legislación española eliminara las excepciones a las leyes de protección de los animales que permiten la celebración de las corridas de toros y anunció la puesta en marcha de una nueva ILP que tendría muy corto recorrido si la iniciativa protaurina que se debatirá finalmente en septiembre resultara aprobada algo que parece más que previsible gracias a la disciplina de voto de la bancada popular y la posible abstención del grupo socialista.
