En la actualidad, Andalucía cuenta con 834 bibliotecas públicas, que llegarán a ser 900 a finales de año, cuando culminen las que están en construcción. El Gobierno andaluz considera que es un número alentador, y para explicarlo recuerda que ésta fue la primera comunidad de España que aprobó una ley de bibliotecas, en 1983, cuando sólo existían 244. La evolución en estos 30 años ha sido enorme, si se tiene en cuenta que en el 78, sólo el 25% de la población andaluza leía con regularidad (el índice de analfabetismo superaba entonces el 20%), y ahora el porcentaje es del 54,4%, 2,9 puntos por debajo de la media nacional. "El balance es razonablemente positivo", dijo ayer el consejero de Cultura, Paulino Plata, tras presentar el II plan de impulso de la lectura, una estrategia para fomentar este hábito entre los andaluces, sobre todo en zonas rurales, y que contará con un presupuesto de 6,6 millones para los próximos dos años.
Pero Andalucía sigue siendo una de las comunidades con tasas más bajas de lectura, con problemas escolares más agudos asociados al déficit de comprensión escrita y con menor producción editorial que otras regiones. En 2010, se editaron 15.233 libros en Andalucía, mientras que Madrid y Cataluña sacaron al mercado 70.536 volúmenes (61,6% del total), según datos del Observatorio de la Lectura.
El programa que presentó ayer Plata no dependerá únicamente de Cultura. Será una estrategia coordinada entre cuatro consejerías (se suman Educación, que aportará las escuelas; Economía e Innovación, que abordará la lectura en el contexto universitario; e Igualdad, que se centrará en los centros de día y la tercera edad). Una de las líneas prioritarias del nuevo plan de lectura será "multiplicar por más de dos" el número de bibliotecas públicas, para lo cual, el consejero de Cultura adelantó que ampliar el acuerdo con el titular de Educación y con los ayuntamientos para que más colegios e institutos abran al público sus bibliotecas escolares. En Andalucía hay más de 4.000 centros educativos, y el 42% ya abre sus bibliotecas al público en horario no lectivo. El mantenimiento y cuidado de los de Infantil y Primaria depende de los ayuntamientos, mientras que la Junta es responsable de los institutos de ESO, FP y Bachillerato. Estos últimos son los que cuentan con un depósito de libros más interesante para el público. La mayoría de las escuelas andaluzas ya abre por las tardes, pero para abrir las bibliotecas escolares a la calle será necesario que Cultura aporte un monitor en cada centro educativo (este papel lo desempeña normalmente un profesor durante el horario lectivo). De los 6,6 millones de euros del presupuesto del II plan de impulso de la lectura, el departamento de Plata asume el 48%.
Cultura también tiene previsto iniciar la implantación progresiva de planes de fomento de la lectura en municipios, para lo cual buscará la colaboración de los alcaldes. Está previsto iniciar este trabajo partiendo de un plan experimental ubicado en cada provincia. En cada una se elegirá un pueblo donde el desfase de lectura sea mayor, seleccionando municipios con distinta densidad de población (por encima y por debajo de 50.000 habitantes). "Nos centraremos sobre todo en las zonas rurales, donde incuestionablemente el déficit es mayor", explicó Plata.
