«Cuando se acaba la vía diplomática, no queda otra que crear conflicto»

Natural de Ceuta, estudió Ciencias Económicas y Educación Física. En 2003 recaló en Alanís como profesor y cuatro años después ya era alcalde. Su mayor logro fue conseguir un colegio después de protagonizar una sonora huelga de hambre.

IMG-20150110-WA0002Cecilio Fuentes se embarcó hace ocho años en el mundo de la política casi por casualidad, pero lo hizo «con todas las consecuencias». Se considera una persona trabajadora y comprometida, como bien demostró cuando tuvo que encerrarse y hacer huelga de hambre para conseguir un colegio. Una línea que seguirá en el caso de no recuperar las ayudas por parte del Estado al pertenecer a la zona de influencia del cementerio nuclear de El Cabril. ¿Qué lleva a un profesor a presentarse a la alcaldía de un pueblo que no es el suyo? Es una opción que nunca me imaginé. Un grupo de padres me animó. Al principio me pareció una idea descabellada, pero por otra parte sentí que me sentía en deuda con los vecinos, con los padres y alumnos, y dije voy a intentar aportar desde mi área para mejorar este pueblo. Y lo que empezó como una especie de juego acabó como una cosa seria. Yo he llevado siempre el servicio público en las venas. Pero nunca me imaginé que un forastero iba a ser apoyado para ser alcalde. Para mí fue una sorpresa. Han pasado ocho años y he descubierto una vocación que creía que no tenía. ¿Por qué cree que los habitantes de Alanís le otorgaron la mayoría absoluta más grande de la provincia? Pienso que han visto que ha llegado una persona a un pueblo, que pese a no ser de él, ha sabido renunciar a una vida más cómoda, a tener una vida personal como el resto de los ciudadanos y creo que los habitantes de Alanís lo han valorado. También soy una persona moderada y trato de resolver los problemas independientemente de su ideología de si son más ricos o más pobres, mayores, niños, hombres o mujeres. Tras los últimos casos de corrupción en el gremio político, ¿no siente ganas de abandonar y volver a su puesto como docente? No porque soy una persona valiente y con principios. He descubierto una vocación. Quiero aportar mi granito de arena y creo que otra forma de hacer política es posible. Después de copar las páginas con su huelga de hambre para conseguir el colegio, ahora vuelve a saltar a la palestra por el problema de El Cabril. ¿Cree que se les está ninguneando desde Madrid? Tengo la sensación de que, como ha pasado muchas veces en la historia, a los andaluces nos maltratan. Nos maltrataron en la dictadura, nos siguen maltratando en la democracia y yo tengo la percepción de que si este problema, en vez de cuatro ayuntamientos andaluces, lo tuvieran cuatro municipios vascos, catalanes o madrileños, seguramente no lo tendrían. Eso sí, para albergar el único almacén donde poder guardar la mierda radiactiva de toda España no buscaron otro lugar que el sur. Un cuarto de siglo después al frente de esos municipios, hay alcaldes luchadores que van a velar por los intereses de los ciudadanos. Aunque desde fuera podamos parecer cuatro alcaldes pedigüeños que solo luchamos para que no nos quiten un dinero esa percepción es errónea. Yo no hablo de dinero, yo hablo de proyectos. Hace 25 años se firmaron unos compromisos y estamos luchando por algo que nos pertenece. ¿Qué acciones piensan llevar a cabo? El día 14 celebraremos plenos extraordinarios simultáneos en los cuatro pueblos (Alanís, Las Navas de la concepción, Hornachuelos y Fuente Obejuna) para expresar el rechazo, después saldremos y colgaremos una pancarta en la fachada del ayuntamiento. Una semana después convocaré a los vecinos para explicarles la situación real que existe entre los ayuntamientos y el ministerio y se van a pedir los permisos para concentrarnos en los dos accesos del cementerio nuclear. Se acabó ser un borrego, un pueblo insensible. ¿Cómo ve el horizonte del problema? Estoy triste por tener que contar con medidas más drásticas y por romper con una paz social que después de 25 años se va a producir por esa falta de sensibilidad. El horizonte va a ser conflictivo, pero no por nuestra parte, sino por el Ministerio de Industria y Enresa. Cuando lleguen los conflictos nadie podrá decir que no intentamos resolver los problemas por la vía diplomática. Cuando ya esa vía se agota no te queda otra que crear conflicto. Y estoy triste porque esa no es mi manera de trabajar. ¿Se puede decir que volver la parte desconocida de Cecilio? Sí. Voy a sacar esa parte de Cecilio sin miedo. De hecho ya me han llamado y me han dicho que tenga cuidado con lo que voy a hacer porque me pueden inhabilitar. Mi contestación ante esa persona, que es un alto cargo, es que yo voy a luchar con uñas y dientes porque a Alanís no se le ningunee y no se le informe sobre lo que se va a hacer. Como guinda a su segunda legislatura, Alanís se coronó como el pueblo más divertido de España. ¿Qué siente un alcalde cuando su pueblo recibe tal galardón? Nosotros decimos que somos el pueblo más divertido haciendo las cosas en serio. Fue un éxito. Hay que reconocer que la promoción y la compensación económica fue también importante. Por otra parte nos sentimos solidarios ya que de los 100.000 euros del premio, 21.000 fueron a las arcas del Estado, y con ello se invertirá en sanidad, educación… Hemos demostrado que no somos un pueblo de charanga y pandereta, sino que somos el pueblo más divertido, pero haciendo las cosas en serio.

  • 1