Educación abordó ayer en el Parlamento el problema de la rotación constante del profesorado, que muchos en la comunidad escolar relacionan con el fracaso escolar, sobre todo en Secundaria. La inestabilidad de las plantillas en colegios -sobre todo en municipios pequeños, zonas rurales y distritos desfavorecidos económicamente- dificulta que un claustro con un grupo de profesores sólido se consolide. Y esto "perjudica mucho al alumnado", según explicó ayer el consejero, Francisco Álvarez de la Chica, "porque cuando los profesores rotan no hay un seguimiento personalizado a lo largo de una etapa educativa".
De la Chica explicó ayer que su departamento estudia "fórmulas para incentivar la estabilidad" del profesorado en un colegio con idea de que la vida laboral "de un mismo profesor transcurra en el mínimo número de centros posibles". No concretó qué tipo de incentivos serían, porque de momento van a hacer un estudio para calcular el grado de rotabilidad y sus causas, "que no son las mismas cuando lleva 10 años trabajando, que cuando lleva 20 o 30".
Esta propuesta ya surgió en el debate de los Reglamentos de Centros. Los profesores pidieron a Educación que se blindasen los claustros y se redujese la interinidad en los colegios de zonas más difíciles. Educación recogió el guante, pero no lo incluyó en los reglamentos. De la Chica cree que hay una relación clara entre el éxito del alumnado y la permanencia del profesor, y puso como ejemplo el modelo de la escuela concertada, "donde el grado de estabilidad de la plantilla docente es del 99%". "No es bueno que un profesor pase por 10 y 15 centros a lo largo de su vida laboral", advirtió.
La principal duda que plantea el incentivo a la estabilidad es que uno de los derechos de los profesores y de la función pública son los concursos de traslados, que permiten a los docentes cambiar de destino cada vez que hay una convocatoria nacional o regional. De la Chica aseguró ayer que este "derecho inherente" no se verá afectado.
