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Educación pedirá cuentas por el PISA a colegios con más recursos

La consejería anuncia medidas a corto plazo en Lengua y Matemáticas

el 09 dic 2010 / 21:21 h.

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El consejero Álvarez de la Chica, ayer, en el Parlamento.

Después de dos informes PISA (2006-2009) y cuatro pruebas de diagnóstico consecutivas, la Consejería de Educación tiene suficientes datos de la realidad de cada centro como para aislar la variable educativa y adivinar cuáles son las causas puramente académicas del rendimiento de sus alumnos. A la hora de rendir cuentas, el consejero Francisco álvarez de la Chica se preguntó ayer: "¿cómo es posible que escuelas con el mismo número de profesores y alumnos, la misma ratio e idéntica inversión tengan resultados tan distantes?".

El consejero de Educación compareció ayer a petición propia en el Parlamento para presentar un diagnóstico sobre el sistema educativo andaluz, dos días después de conocerse el informe PISA. En su primera intervención, el consejero asumió que el rendimiento escolar andaluz es muy bajo y que hay que "tomar decisiones cuanto antes". Pero apenas le dedicó cinco minutos al PISA. De la Chica prefirió esperar a que la oposición hurgase en la herida. Se había estudiado el informe y casi al cierre del debate, contraatacó: "Si hay que sacar una moraleja del PISA, es que ha llegado el momento de rendir cuentas". Ya no había lugar a réplicas.

"Rendir cuentas" es una expresión sensible en el mundo educativo y un arma de doble filo. Siempre despierta la susceptibilidad del profesorado, un colectivo más habituado a examinar que a ser examinado. Y además da munición al PP, que aprovecha para arrimarse a las clases medias con un encendido discurso sobre el esfuerzo que hace el maestro.

El informe PISA dice que el déficit de lectura de una cuarta parte de andaluces en la ESO les impedirá seguir formándose en estudios superiores, y menos acceder al mercado laboral. ¿Quién debe rendir cuentas? La sociedad parece entender que los problemas de la educación andaluza son directamente atribuibles al Gobierno andaluz. La oposición refrenda esa idea, y la Junta, de puntillas, apenas es capaz de decir públicamente que una parte importante del déficit educativo es achacable a las familias (a algunas familias) y otra a los profesores (a algunos profesores).

El último informe PISA permite comparar los resultados entre colegios andaluces, y para ello excluye las razones externas al aula: el contexto socioeconómico y cultural que envuelve a la escuela y a sus alumnos. El 50% de las diferencias de nivel entre un colegio y otro se deben exclusivamente a esos factores socioeconómicos, dice el informe. El 63% de los estudiantes andaluces que menos han puntuado en esta edición son hijos de padres sin estudios universitarios.

Al margen de esa variable, hay colegios que están muy por encima del nivel que sitúa a Andalucía por debajo de la media en el PISA. Algunos han evolucionado más rápido desde 2006 y otros, con el mismo perfil, casi no han progresado. La consejería quiere ser más exigente con los centros con más recursos que menos han avanzado en los últimos años y usará los diagnósticos que maneja para tutelar cambios en la gestión de esas escuelas. Para hacerlo, se basará en el Plan de Calidad, una herramienta que vincula el rendimiento escolar con incentivos al profesor, un plan muy contestado (sobre todo en la ESO) porque somete a evaluación anual el trabajo de cada escuela. Es voluntario, pero culmina este curso y ahora se verá su efectividad en los últimos cuatro años y se propondrá una reforma integral.

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