Fue una ligera intervención, pero lo cierto es que el IAPH restauró ayer al mediodía las manos de la Virgen de la Estrella. El besamanos celebrado este fin de semana en la capilla de San Jacinto provocó que se desprendiera ligeramente la policromía aplicada durante la restauración de la imagen y que, para evitar males mayores, María Teresa Real -restauradora de la Virgen- haya procedido a limpiar la zona afectada durante el culto.
Aunque el domingo saltaron algunas alarmas entre un reducido grupo de hermanos de la corporación, la noticia no ha supuesto una sorpresa ni para la junta de gobierno de la hermandad ni para los propios restauradores, que ya preveían que tras el besamanos la policromía de la mano de la Estrella pudiera desprenderse ligeramente. Durante la intervención realizada en el IAPH, se aplicó una policromía de carácter reversible que, además de permitir una futura rectificación de la restauración en caso de que fuera necesario, es fácilmente desprendible, motivo por el cual la mano de la Dolorosa ha sufrido este pequeño desprendimiento.
La intervención que realizó ayer María Teresa Real tuvo lugar en la propia capilla de la Estrella y apenas superó las dos horas de trabajo. En concreto, se procedió a la limpieza de la mano, eliminando los restos de carmín y la suciedad que el beso de los fieles había provocado sobre la imagen mediante el uso de un bisturí. Unos trabajos que anteriormente eran realizados por los priostes pero que en esta ocasión, y para prevenir cualquier afección sobre la policromía, se había determinado que fuera la restauradora quien los efectuara.
Una vez concluida la intervención, la Virgen de la Estrella será trasladada a su palio para cumplir con las fechas marcadas por la hermandad para el montaje de los pasos. Unos plazos que en ningún momento se han visto afectados por este percance del que ya eran conscientes tanto la junta de gobierno como los propios restauradores de la imagen.
