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El temporal no da tregua

Decenas de incidencias por viento y agua afectan a la provincia de norte a sur

el 30 dic 2009 / 21:54 h.

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El agua y el barro corren por las calles empinadas de Almadén de la Plata.
De norte a sur y de este a oeste. La provincia de Sevilla se vio ayer afectada por el temporal de lluvia y viento que comenzó hace 10 días y aún no ha dado un respiro. Tras el plan de emergencia activado ayer en La Vega -donde finalmente no se produjeron inundaciones-, durante la noche el temporal se cebó con poblaciones de la Sierra Norte, especialmente en Almadén de la Plata donde el agua llegó a superar el medio metro de altura y las piedras y el fango llenaron sus calles.

 

Ya por la tarde, los principales problemas se centraron en la zona de Los Alcores y el Aljarafe, sobre todo debido a las fuertes ráfagas de viento. Uno de los más importantes, aunque no hubo que lamentar daños personales ni sobre vehículos, fue el desprendimiento de rocas, en torno a las 20.40 horas, en la carretera vieja de Alcalá de Guadaíra, pasando el puente del Dragón. Según fuentes del servicio de emergencias 112, se había producido una acumulación de piedras y fango en la calzada. Una situación similar se produjo en el kilómetro 3 de la carretera de El Viso del Alcor a Tocina.

Y, si por lluvias el 112 había registrado 11 incidencias en la jornada, el viento obligó a intervenir en 46 ocasiones a Bomberos y Policía. Entre las múltiples, incidencias, la mayoría en la capital, hay que apuntar la caída de una antena de televisión en la calle Sor Emilia de Alcalá de Guadaíra, el techo de chapa de una nave que en la pedanía de Guadajoz, en Carmona, salió volando sin causar heridos, árboles con peligro de caída en Cazalla de la Sierra, Tomares y Utrera, la caída del techo de una vivienda en la calle Santa Rosalía de Gines, sin consecuencias, y las luces de Navidad que volaron en Tomares.

A todos estos problemas hubo que unir las carreteras cortadas o con circulación irregular en la Sierra Norte y en el Sur, en Martín de la Jara, incluido uno de los pasos de la A-92 en Alcalá.

Todo esto tiene un punto positivo: los embalses de la provincia continúan llenándose -la reserva de Emasesa sigue creciendo hasta casi el 80% de su capacidad-, e incluso el pantano de Melonares, aún fuera de servicio, tuvo que soltar agua ayer tras alcanzar el 35,5% de su capacidad, con un volumen embalsado de 65,9 hectómetros cúbicos.

En vela. La noche del martes al miércoles fue especialmente dura en dos municipios de la provincia: La Algaba y Almadén de la Plata. En el primero, en alerta por el desembalse de los pantanos de cabecera -Cala, Minilla y Gergal-, "se activó un puesto de mando avanzado de la sede de la Policía Local porque nos comunicaron que estábamos en alto riesgo de inundación con afectación del casco urbano", afirmaba en la mañana de ayer su alcalde, Marcos Agüera (PSOE).

"Ha rebosado la ribera conocida en el pueblo como Los Filtros, en el Ribera del Huelva, y donde más se ha notado ha sido a la espalda del Ayón y el Bellotar.
Como medida preventiva sacamos la megafonía a la calle para que los vecinos supieran del peligro y del desalojo y nos dio tiempo de sacar todos los enseres. Los animales que hay los llevamos a la plaza de toros". Después de tanto esfuerzo, "al final no se han llegado a inundar las viviendas", destacaba el alcalde. A las 9.50 de ayer se desactivó la alarma.

En Almadén si llegó, sobre todo a mediodía. "Ayer [por el martes] se produjo un episodio muy fuerte de lluvia entre las dos y la tres de la tarde, que llegó a los 95 litros por metro cuadrado y eso después de 10 días de lluvia", explica su alcalde, Julián Cabana (PSOE). En el municipio "hay un par de zonas conflictivas porque las atraviesa un barranco -las calles Matadero, Iglesia y Calvario- y muchas viviendas se inundaron porque el alcantarillado no podía tragar tanta agua. Sólo de la esquina de Camino de Santiago con Calvario sacamos gran cantidad de piedras y lodo que corría desde el cerro del Calvario", destaca.

En total, en unas 25 viviendas entró el agua "por encima de la rodilla. Y también en una fábrica de embutidos", señaló Cabana, que daba las gracias "a la obra que se hizo a mediados de los 70, cuando se levantó un muro al comienzo del barranco de un par de metros y que ha hecho de presa". Almadén y el resto de la provincia sigue mirando al cielo.

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