Local

"En Cuba el primer producto de exportación es la carne humana"

El escritor Luis Manuel García publica ‘Diario, Delirio, Habanero’.

el 17 mar 2010 / 20:18 h.

TAGS:

Luis Manuel García ofrece una mirada sobre Cuba desde dentro y desde fuera de la isla.

Luis Manuel García (La Habana, 1954) llevaba ya muchos años de vida normal en Madrid cuando una insólita petición de su hijo le obligó a plantearse muchas cosas: el chico quería que fueran de vacaciones a Cuba, el país del que se marchó hace ya muchos años.

Este viaje daría lugar a un cuaderno de viaje en el que García, jefe de redacción de la revista Encuentro de la cultura cubana, se vería obligado a asumir la perspectiva de turista en su propia tierra natal, y el resultado es el libro Diario, Delirio, Habanero, que acaba de ver la luz en la editorial sevillana Mono Azul.

El autor cuestiona, entre otras cosas la actitud hacia su país de un segmento de la sociedad española: "La izquierda española aún tiene un trauma noventayochista y postcolonial, que le hace ver a Cuba como muralla contra el imperialismo, el baluarte frente a Norteamérica. Pero olvidan que allí hay personas, y que no debes querer para otros lo que no quieras para ti", comenta. "La cuestión es que, durante mucho tiempo, la Revolución cubana ha sido para la izquierda una especie de religión. Los curas en su sermón no te sacan un videoclip del cielo, pero Cuba ha sido tradicionalmente el cielo prometido del socialismo mundial. Y muchos todavía se aferran a eso como el náufrago a la balsa, porque China y Vietnam ya no sirven".

También denuncia García los perversos mecanismos que, en su opinión, emplea el castrismo para mantenerse en el poder sin visos de apertura ni diálogo con la oposición. "Los cubanos se han convertido en moneda de cambio. El primer producto de exportación del país es la carne humana, los propios cubanos, que actualmente envían mil millones de dólares anuales, más de lo que produce la población de la isla", explica. "Es curioso que en Cuba la mayoría de edad sea de 16 años para trabajar, para fumar y para todo, menos para emigrar. Por otra parte, está el fenómeno de los rehenes filiales: tú quizá puedas marcharte, pero sabes que tu mujer, tus hijos, tus padres, están en Cuba, y pueden ser utilizados para hacerte presión. Ha habido casos en los que un cubano residente en Miami se le ha negado el permiso de entrada en la isla para visitar a su madre moribunda. A ese extremo se llega".

Sobre las recientes tensiones entre España y Cuba a raíz de la muerte del disidente Orlando Zapata, García cree que "parece claro que la reacción del Gobierno español ha sido bastante tibia. Y entiendo que sí, es importante mantener el diálogo, pero no condicionado a las razones éticas que asisten a Europa en materia de Derechos Humanos y libertad. No puedes tratar a una dictadura de medio siglo como un gobierno cualquiera, con presos que necesitan el apoyo de todas las democracias, cueste lo que cueste".
"Por otra parte", prosigue el escritor, "la oposición ha asumido, sin coste político alguno -ya que no tiene diálogo- una posición de principios que no asume, por ejemplo, en casos de corrupción que le tocan de cerca, o de memoria histórica. La posición ética me parece correcta, pero dudo que forme parte de un corpus del PP", agrega.

De lo que todos los cubanos parecen estar cansados es de hacer quinielas sobre qué pasará cuando muera Fidel Castro: "Como dijo Senel Paz, supongo que le enterrarán. Y pensando un poco más en serio, creo que puede haber todas las ecuaciones posibles. Hay una Cuba que es, de manera explícita o encubierta, una dictadura militar, encabezada por Fidel y Raúl, ambos militares. Puede que los hijos de esta cúpula, como hicieron aquí en España los hijos del Opus Dei, comprendan que su mejor negocio es transitar hacia la democracia. Y también es posible que haya un estallido civil. Lo seguro es que la credibilidad del gobierno que sucede a Fidel es de menos cien. Hay un compás de espera, la gente espera a la solución biológica, y cuando se produzca puede pasar cualquier cosa. Ojalá sea incruenta, porque 50 años de dictadura han fomentado tantos odios y miserias, que el desenlace puede ser terrible", apostilla.

  • 1