Toros

Escribano, Luque y los toros de Miura inauguran hoy la temporada maestrante

El pique taurino que enfrenta a ambos diestros revaloriza el argumento de una corrida que materializa el cambio de planteamiento de la empresa Pagés ante la ausencia de las figuras

el 19 abr 2014 / 22:24 h.

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La cita es atípica; ajena al guión marcado para una fecha, la del Domingo de Resurrección, que solía contar con otros actores naturales que han decidido alejarse de la plaza de la Real Maestranza por desencuentros con la empresa Pagés. Pero ya no se puede hablar mucho más de los ausentes. Es el turno de Manuel Escribano y Daniel Luque, que dirimirán un mano a mano que viene precedido de un sordo pique taurino y personal. Es la sal que se necesitaba añadir al guiso que los empresarios han tenido que cocinar para recomponer los platos rotos. Los dos toreros comparten cuna: una Gerena –tan taurina– que anda dividida entre los partidarios de uno y otro lidiador. Pero ambos gravitan también en la órbita de un mismo apoderado: el ínclito empresario francés Simón Casas, que ha sido el definitivo catalizador de este vis a vis inaugural. El ganadero Antonio Miura y los dos diestros, Daniel Luque y Manuel Escribano, que protagonizarán la corrida de hoy. / Foto: El Correo El ganadero Antonio Miura y los dos diestros, Daniel Luque y Manuel Escribano, que protagonizarán la corrida de hoy. / Foto: El Correo Escribano parte con sólidos avales. El sonoro triunfo alcanzado el pasado año en el cierre de la Feria de Abril –a todo o nada– le catapultó al gran circuito y le convirtió en uno de los triunfadores indiscutibles del ciclo junto a El Juli, al que había tenido que sustituir aquel día que iba a cambiar radicalmente la vida del sevillano. La resurrección taurina de Escribano sufrió un tremendo frenazo en una placita de pueblo en la que estuvo a punto de perder la vida en el fragor del nomadeo veraniego. Fue su segunda resurrección, rubricada con el triunfo cosechado  en Valdemorillo y la oreja lucrada en Valencia. El percance había quedado definitivamente atrás y el joven matador cuenta como base de la temporada y en la baraja imprescindible para armar cualquier feria. En cambio, será la primera corrida de Miura para Daniel Luque, que sí llega a Sevilla reforzado por su triunfo en Fallas. Pero el torero hará el paseíllo espoleado por esa rivalidad que debe marcar el argumento de un festejo que establecerá su definitivo interés en el termómetro inapelable de la taquilla. Ése no será el único cambio de un Domingo de Resurrección inusual. La empresa Pagés decidió cambiar los toros de Miura desde su ubicación tradicional, en el Domingo de Farolillos, hasta esta apertura tardía impuesta por el calendario litúrgico. Las reses de Zahariche cerraron la feria del pasado año propiciando el festejo más emotivo del ciclo con un encierro que renovó el crédito de la histórica vacada poniendo de acuerdo a todos los estratos de la afición más allá de las observancias y los prejuicios toristas. Este año 2014, el nombre de Miura sólo podía colgarse en los carteles unido al de Escribano. Llegados a este punto, ya no se mueve ningún molino por recordar algunos planes fustrados. Ramón Valencia había avanzado públicamente que los primeros esbozos de la empresa contemplaban enfrentar al matador de Gerena con El Juli –que sí los estoqueará en Nimes– ante el temido encierro de Miura. Los acontecimientos posteriores cambiaron los planes y el resto es historia reciente. En cualquier caso, aquella actuación que sacó de la despensa a Escribano se une a la necesidad de reforzar los huecos libres dejados por los cinco toreros alzados para convertirle en una de las bases indiscutibles de un abono que gravita en torno a la abundancia de nombres sevillanos y de toreros –no precisamente todos– de nueva o renovada generación.Y si damos un repaso apresurado a la nómina de matadores podremos encontrar que la baraja de nombres despierta distintas ilusiones. Se cruza los dedos para que la recuperación de Enrique Ponce esté completa de cara a su doble cita sevillana y se espera mucho de apellidos como Fandiño, Álamo, Adame, Nazaré, Galván o Ferrera. De ellos depende, pero ya no hay vuelta atrás. Los seis ejemplares de Miura –un precioso y armónico encierro cuajado de presencia y abierto de capas– espera en los chiqueros de la Maestranza. El pregón que pronuncia Esperanza Aguirre a partir de las doce de la mañana en el teatro Lope de Vega será el definitivo pistoletazo de salida para una atípica temporada taurina que sólo dará y quitará razones en función de lo que acontezca en el ruedo. En cualquier caso seguiremos mirando de reojo al futuro: el plante de las figuras no puede ni debe enquistarse; necesita una solución a corto plazo. No es momento de valorar las razones de unos y otros pero sí de constatar que el dramático momento económico que atraviesa la sociedad española y sevillana era el menos indicado para torpedear la línea de flotación de una plaza que no tiene claro su futuro más inmediato.

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