A mí el Betis me ha quitado el sueño. Y no es una metáfora, es una realidad. Yo, y muchos como yo, lo estamos pasando muy mal. En la parte que me pueda corresponder, asumo la responsabilidad que sea. ¿El Betis en Segunda? Ni lo pienso. A Isabel Simó (Sevilla, 1947) se le cambia el rictus cuando se le pregunta por la situación del Betis en la tabla clasificatoria. Pero no piensa rendirse. Si mi padre (el histórico Antonio Simó) aguantó en los peores momentos, ¿cómo no voy a poder yo?. Esta sevillana curiosa, a la que le encanta viajar y a la que le gustaría refrescar sus conocimientos de árabe, fue la encargada de dirigir uno de los archivos más importante del mundo, el Archivo de Indias. En su etapa, las puertas se abrieron para que los sevillanos conocieran de primera mano su inmenso patrimonio documental.
En una carta a las mujeres béticas con motivo de un homenaje que organizó el club, usted reclamó un papel para la mujer reconocido en lo profesional, lo social y, también, en lo deportivo. ¿Cuál es ese papel en el fútbol? Seguimos siendo minoritarias. Hay poquísimos clubes que tengan a mujeres en sus juntas directivas. Para mí es una experiencia interesante porque he podido comprobar cómo se vive en un mundo de hombre. Debo decir que mi opinión dentro del consejo de administración del Real Betis Balompié ha sido una más. Desde el principio dije que ni remotamente pensaba entrar como florero. Dije que tenía mis opiniones e incluso mis conocimientos. Hace más de 50 años que veo fútbol, no me es ajeno nada o casi nada.
Vamos, que de penalties, saques de esquina y fueras de juego sabe usted también. Pues sí, sí, y es que me gusta el fútbol. No solo porque soy bética sino porque me gusta este deporte. Veo mucho fútbol, normalmente veo partidos de otras ligas, como la inglesa.
Le gusta el fútbol como deporte, pero ¿le gusta el fútbol que se está haciendo en los despachos, el que se traslada con casos como el de Rossell, Del Nido...? Yo cuando hablo de fútbol me refiero al deporte.
¿No es el momento de reivindicar un comportamiento ético a los clubes? La ética va con la persona, eso no se aprende. Eso es lo que tú has vivido, la forma que tienes de afrontar la vida con dignidad. Estoy convencida de que la hay en todos los clubes. Que salgan estos casos esporádicos, vale, pero creo que no voy a perder la ética por estar dentro de una entidad. ¡Ni remotamente, vaya!
¿Si le preguntara por el indulto de Del Nido? No me voy a pronunciar. El problema suyo no tiene nada que ver con el mundo del deporte.
¿Y sobre la actitud del Betis, que ha sido de los pocos que no ha firmado la petición de indulto? A mí me parece correcta.
Retrocedamos a su etapa profesional como responsable de archivos estatales. Los archivos guardan la memoria histórica de un pueblo, ¿son conscientes los sevillanos de la suya? Espero que lo sean cada vez más. Los sevillanos saben que la ciudad tiene un pasado muy rico e importante. De mi paso por el Archivo, me siento muy orgullosa de haberlo abierto a la ciudadanía. La media de visitas fue de 200.000 al año. El aliciente que se le dio a los sevillanos fue la organización de exposiciones temporales, de buenas exposiciones temporales. Eso ha hecho que, en realidad, el público esté fidelizado.
¿Cuánto de necesario es conocer el pasado para proyectarse al futuro? Porque Sevilla sigue ensimismada en aquellos tiempos del Imperio. Esto es la propia idiosincrasia del sevillano. Yo le digo que a mí me ha ido muy bien estar 13 años fuera de Sevilla. Me he dado cuenta de que hay otra forma de vida, vuelves con otra óptica... Creo que el sevillano debe abandonar ya el ombliguismo. Con todo y con eso, yo quería volver a Sevilla (ríe).
No es criticable entonces la movilidad exterior acuñada por la ministra Fátima Báñez. Tenerte que ir de tu ciudad porque no encuentras trabajo desde luego que no es positivo. Otra cosa muy diferente es como yo me fui: saqué unas oposiciones porque concursé por una plaza fuera de Sevilla. Nunca uno debe marcharse porque no encuentre trabajo.
¿Es fácil trabajar con los políticos? Yo he tenido más facilidad con unos que con otros, porque muchas veces están fuera de la realidad del funcionario.
¿Escuchan? A mí sí, la verdad.
¿Qué ha perdido Sevilla por la mala gestión de un político? En mi ámbito no se han dado casos así.
Los políticos son necesarios y ¿se puede confiar en ellos? Son necesarios, desde luego; se puede confiar en ellos, más o menos. De ellos depende que haya un renacimiento del político, no de la ciudadanía.
