Una Bienal ecléctica como la de Sevilla no puede, piensan sus responsables, ignorar a figuras como José María Gallardo, músico de formación clásica pero estrechamente vinculado al flamenco. El sevillano, con el grupo La Maestranza, presentará esta noche en el Lope de Vega (21.00 horas) Alquitara.
Gallardo, que ayer dijo sentirse como "un hijo adoptivo del flamenco", afirma que su aproximación a la música bajoandaluza por excelencia se produjo "cuando dejé Sevilla y me fui a vivir a Madrid", si bien asegura haber tenido la suerte de contar con grandes maestros, desde Paco de Lucía a Juan Manuel Cañizares o Rafael Riqueni, así como bailaoras de la talla de María Pagés. "Yo estudié música en el conservatorio, pero fue la escuela de la vida la que me abrió los ojos y los oídos al flamenco", agrega.
En Alquitara. La esencia de los sonidos, Gallardo y el grupo La Maestranza rinden homenaje a maestros como Falla -El sombrero de tres picos, El amor brujo, La vida breve- y Albéniz -Sevilla, Córdoba-, quienes a su juicio, junto con Enrique Granados, fueron "los primeros que apostaron por un lenguaje de fusión entre flamenco y música clásica". También habrá una versión del argentino Astor Piazzolla, para concluir con un homenaje a Mendelssohn -interpretando el Andante de su V sinfonía-, de quien el guitarrista ha querido "rescatar su esencia latina. Es sabido que que Mendelssohn se educó en el sur de Italia, que tiene mucho que ver con el sur de España, empezando por la Semana Santa", añade.
Junto a la guitarra solista, la flauta, el clarinete, la viola, el vilonchelo, el contrabajo y la percusión conforman, afirma José María Gallardo, algo así como "un gran equipo de fútbol, en el que cada uno defiende su posición".
Tampoco faltarán a la cita el poeta y reputado flamencólogo Félix Grande, que prestará su voz a los recitados; la bailaora Pilar Ortega y el cantaor Paco del Pozo, para quien "es un honor venir a la Bienal con José María, que es tal vez el mejor guitarrista clásico del mundo, y uno de los mejores aficionados al flamenco que conozco", dice.
En palabras de Gallardo, "no se trata de un guitarrista acompañado por músicos, sino de un elenco de grandes solistas", explica. E interrogado acerca de las dificultades que entraña enlazar el mundo clásico y el jondo en un repertorio como el que presentará hoy en el Lope, el guitarrista no dudó en responder que "la única dificultad de enfrentarse a algo es no conocerlo y no querelo". Asimismo, destacó el trabajo de iluminación que ha preparado para la ocasión Juan Luis Martín, y que hace que la luz aparezca "como un instrumento más".
Finalmente, para explicar el sentido último de su propuesta, José María Gallardo echó mano de la etimología y aclaró que Alquitara significa alambique, o sea, el instrumento para destilar. Por ello, el espectáculo "pone partituras clásicas a destilar para que impregnen lo mejor del flamenco".
Así, diez años después de su última actuación en la Bienal -edición de 1998-, José María Gallardo vuelve a su ciudad natal para demostrar por qué la crítica se ha rendido no sólo a su virtuosismo como intérprete, sino también a su compás y su soniquete, atributos insólitos en un músico clásico y más propio
