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Cultura

La guerra catódica: primeros avances

el 12 dic 2011 / 20:25 h.

Retransmisión televisiva de una corrida.

El G-10 mueve ficha. Lo negaron con aspavientos en su momento, pero era un hecho consumado que ya se venía comentando en los últimos días. Lo que está claro es que el asunto no ha caído bien entre los apoderados, que se quedan fuera del pastel. Han permanecido ajenos pero expectantes a los movimientos de sus pupilos, que andan con la mosca detrás de la oreja ante una hipotética política de rebajas de honorarios que afectará especialmente a la clase media del escalafón. El tema tampoco es un plato de gusto para las empresas –que suman la función de apoderados y organizadores del espectáculo– y eran las que negociaban directamente con las plataformas televisivas. Los empresarios empuñaban así medio mango del cuchillo que repartía desigualmente esta tarta apetecida que puede enredarse en algunos bigotes.

Money, money. Resumiendo, que nos enredamos: la cabeza y el pelotón de la torería andante –a excepción del totémico José Tomás– ya han formalizado el famoso acuerdo con la empresa All Sports Management para que gestione sus derechos en las retransmisiones televisivas de los festejos. Era uno de los principales debates internos del llamado G-10. Sus miembros se quejaban en privado –y cada vez más en público– del manoseo de su imagen en esas repeticiones de corridas y faenas que iban camino del libro de records Guinnes. Pero no sólo se trata de gestionar mejor una imagen que se escapa de las manos de los principales actores del espectáculo; se trata de repartir de otra manera el dinero que generan estas retransmisiones que podrían ayudar a paliar la previsible bajada de honorarios de muchos toreros. Unas rebajas que la Triple Entente de Las Ventas hace inminentes.

La reacción. Dicen que los muchachos de All Sports ya andan negociando con los barandas de Canal Plus. El propio Manuel Molés puntualizaba en la madrugada del pasado domingo que “las retransmisiones se contratan con la organización, no con el torero”, advirtiendo que un hipotético cambio de roles en la negociación que dejara a un lado a empresarios y apoderados sería valorado para decidir “si interesa o no”. Lo dicho, que llegan curvas cerradas. 

Tempus Fugit. Y ya que andamos hablando de televisiones, no podemos dejar de comentar someramente la recentísima defenestración del comentarista taurino de la tiritante televisión de Castilla La Mancha por aquellos duros que tanto dieron que hablar: los mismos que le derribaron de otro alto pedestal y le apartaron de la televisión nacional en la que también había entrado de mano y comandita de un ilustre padrino que ataba perros con longaniza. El tinglado se desmorona, el dinero se acabó y no hay sitio para nadie. Además, la retransmisión de corridas de ínfima calidad por algunos canales autonómicos puede brindar magníficos rendimientos para unos pocos, pero prestan un flaco favor al presentar una fiesta chabacana y pueblerina que se quiere vender como gran acontecimiento. En cualquier caso, la misma tele manchega brinda una noticia que podría tener consecuencias positivas para el futuro: se pretende crear una federación de canales autonómicos para cederse mutuamente la señal de las respectivas retransmisiones taurinas abaratando costes y facilitando la producción. El asunto, sobre el papel, pinta bien. Pero sería otro despropósito si se sigue televisando morralla –negociada a precio de oro– entre risotadas.

En Twitter @ardelmoral

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