Cultura

Leonskaja y Albrecht, un binomio gozoso

Crónica del concierto que anoche ofreció la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla en el Teatro Maestranza con obras de Schulhoff, Schumann y Smetana.

el 28 ene 2010 / 22:59 h.

Hay conciertos que dejan huella, y el undécimo de abono de la presente temporada ya ha marcado su acento en la historia de la Sinfónica de Sevilla (ROSS). Mucho ha tardado el maestro Gerd Albrecht en recibir la invitación de la orquesta. La espera, en cualquier caso, ha merecido la pena al comprobar la clarividente salud musical de las versiones que, de estilos tan diversos (Schulhoff, Schumann, Smetana) es capaz de mostrar.

Con la Sinfonía n.2 del malogrado y olvidado Schuloff, Albrecht potenció aristas, dirigió con agradecida sequedad y se entregó al vaivén jazzistico en un tercer tiempo puntuado por los ecos del saxofón y el siempre bien recibido banjo. Luego con el Concierto de Schumann, antes que apianar a la orquesta, la concibió robusta y marcial. Leonskaja, en su ortodoxia, abrazó la elegancia y la levedad a partes iguales. Sorprendente su (impopular) propina en forma de Preludio de Debussy.

En el conocido poema sinfónico Mi Patria, Albrecht atacó el Moldava con ligereza, atendiendo especialmente a maderas y percusión. Pocos gestos le hacen falta a este veterano maestro para rubricar una versión gozosa, parca, sin afectaciones de estilo.

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