Lejos de caer en el olvido, la obra del poeta sevillano Rafael Montesinos (1920-2005) no para de crecer con el tiempo en tamaño e interés, como demuestra el reciente hallazgo de más de 200 poemas inéditos. Buena parte de ellos formarán parte de la Poesía completa que el propio autor soñó, y que está un poco más cerca de hacerse realidad.
La revelación surgió cuando el hijo del poeta, Rafael César Montesinos, y el profesor Rafael Roblas se dieron cita este verano pasado en la casa familiar de Valderribas, en Madrid.
Después de rastrear toda la obra publicada de Montesinos, decidieron dividirla en dos partes: por un lado, la Summa poética contenida en el disco duro del ordenador personal de Montesinos -"la obra bendecida por el autor", la llama Roblas-, y por otro la produción que quedó fuera de ese orden canónico: poemas de sus primeros libros, colaboraciones en revistas como Halcón, Garcilaso o Espadaña, y dos volúmenes inéditos: uno del año 1979, Ninfas y sepulcros, compuesto a la muerte del padre del poeta en 1977, y que consta de siete composiciones numeradas -seis sonetos y un remedo elegiaco a la conocidísima Canción al niño Jesús de Gerardo Diego-, de las cuales tres pasarían a diversos libros y antologías; y otro libro de 1988, Alzado en almas, que el sevillano envió a algún certamen, pero algunos de cuyos poemas acabaron integrados en sus últimos títulos, Con la pena cabal de la alegría y La vanidad de la ceniza.
Y aún quedaba lo mejor por salir a la luz. Los dos investigadores, en una labor que les ha ocupado tres años, exploraron minuciosamente el contenido de las carpetas que el poeta había archivado en su estudio. El resultado no pudo ser más espectacular: unos 225 poemas rigurosamente inéditos dormían a la espera de ser rescatados.
Tanto Rafael César Montesinos como Roblas empezaron a leerlos atentamente y a catalogarlos, para después seleccionar aquellos textos que no desmerecieran la altura general de la obra completa: 150 en total pasaron la criba.
"Hay de todo: sonetos, soleares, poemas más o menos extensos, todo fiel a su estilo", explica Roblas. "Ahí está, como siempre, Sevilla, la nostalgia, pero también ese Rafael incisivo, con su característico humor".
"Muchos son poemas de los que llamamos circunstanciales, pero que se adentran de lleno en el universo poético de Montesinos", prosigue el profesor, que adelanta también no pocas sorpresas: "Hay incluso un poema que habla de Vietnam, un texto metapoético o un homenaje a Neruda.
También encontramos guiños a la vanguardia, algo de verso libre, y una serie de poemas en prosa que han supuesto una sorpresa morrocotuda. El Montesinos que vemos ahí es, desde luego, un poeta hecho y derecho", concluye el profesor.
¿Podemos estar seguros de que la obra de Rafael Montesinos termina aquí, o reservará el futuro a sus lectores algún hallazgo inesperado más? "De la obra poética es complicado que salga algo nuevo. En cualquier caso, cada vez estamos más cerca de darla por cerrada. Otra cosa es la prosa, donde todavía podemos encontrar sorpresas", apostilla.
