"A partir de ahora, el líder del PSOE soy yo". Esta frase la pronunció hace dos días Alfredo Pérez Rubalcaba y hace dos años la pronunció José Antonio Griñán. El primero lo hace para explicar una situación anómala: él es el candidato a la Presidencia del Gobierno por el PSOE, pero no es el secretario general del partido (lo sigue siendo José Luis Rodríguez Zapatero).
Hace dos años, Manuel Chaves abandonó la Presidencia de la Junta después de 19 años en el poder, y le cedió el cargo a Griñán, que cogió las riendas del Gobierno, pero no del PSOE-A. Chaves siguió acaparando el poder orgánico y se dio una situación de bicefalia que ambos negaron hasta que Griñán forzó un congreso extraordinario. Llevaba muy pocos meses siendo presidente cuando se dio cuenta de que necesitaba el poder orgánico para ostentar con más tranquilidad el poder institucional. La bicefalia también se da ahora entre Zapatero y Rubalcaba. Entre ambos existe tanta sintonía como había entonces entre Chaves y Griñán.
El presidente andaluz fue preguntado ayer sobre estos paralelismos, pero repitió lo que dijo en su día sobre sí mismo: "El líder del PSOE es Rubalcaba", tiene el liderazgo del partido desde que fue proclamado candidato a las generales, y "si se celebrara un congreso en estos momentos todo el mundo sabe que sería el secretario general". Aún así, abundó en que sería "absurdo" celebrar un congreso en estos momentos para nombrar a Rubalcaba líder del PSOE federal. La organización socialista de Andalucía, "que es la más numerosa de España, está a las órdenes de Rubalcaba para acometer un proyecto que tendrá que definirse en una conferencia política con un candidato nuevo y que ya tiene la fecha de la contienda electoral que será el 20 de noviembre", dijo Griñán. El portavoz parlamentario del PSOE-A, Mario Jiménez, dijo ayer que "el calendario orgánico" impidiría convocar un congreso extraordinario antes de las elecciones del 20 de noviembre y confirmó que el líder de facto es ya Alfredo Pérez Rubalcaba.
