Menú
Cultura

Pequeño gran Stockhausen

Reseña del concierto que Zahir Ensemble ha ofrecido esta semana en el Centro Cultural Cajasol con obras de Stockhausen y Camarero.

el 01 feb 2012 / 19:13 h.

Centro Cultural Cajasol. 31 de enero. Programa: Kontra-Punkte. Amour, Karlheinz Stockhausen. La memoria del agua, Camarero: Intérpretes: Juan Jiménez Alba, saxofón. Zahir Ensemble. III Ciclo de Música Contemporánea.

Ya lo hemos dicho hasta la saciedad. La iniciativa de Juan García Rodríguez, director de Zahir Ensemble, de activar un ciclo de música contemporánea propio, al margen del cada vez más endeble que programa la Junta en el Teatro Central, es uno de los proyectos culturales de más peso surgidos en la Sevilla de la crisis.

No sin dificultades, el encuentro atraviesa su tercera edición ofreciendo citas de la envergadura de la que tuvo lugar el pasado martes en el Centro Cultural Cajasol. Bajo el epígrafe Homenaje a Stockhausen se reunieron dos obras de mu y distinto sesgo del gran compositor alemán, sin lugar a dudas la figura más sobresaliente de la música de vanguardia del pasado siglo. Escuchados hoy, los pentagramas de Kontrapunkte (1962), nos suenan clásicos. En su vehemente puntillismo atisbamos retazos dramáticos y hasta se perfila una continuidad muy musical que, históricamente, parecía velada. Zahir Ensemble abordó la obra ahondando en su contenido más expresivo, sin aristar más de la cuenta el discurso, ofreciéndola, en fin, como una, por momentos, muy hermosa página de la música del siglo pasado.

En el año 1995 el lenguaje de César Camarero ya se nos antoja formado. Su pieza La memoria del agua -para un inusual conjunto instrumental que comprende, entre otros, guitarra, acordeón y arpa- se beneficia de la heterogeneidad tímbrica pero no se centra en el abordaje de las disidencias entre unos timbres y otros. Al contrario, la obra se mueve dentro de unos parámetros convencionales desde el punto de vista interpretativo. Interesan y seducen las aceleraciones y desaceleraciones del discurso -tan caras a su estética- y los momentos en los que el tiempo parece suspenderse en contraposición con la intervención, más agitada, de la guitarra, ejecutada ejemplarmente por Francisco Bernier, quien ya ha ofrecido otras excelentes sesiones musicales junto a los miembros de Zahir.

Puede que no sea Amour (1976) la pieza más interesante del vasto catálogo de Stockhausen. Su música para instrumentos a solo es singular y merece ser atendida, pero acaso por el apego a los solistas con los que habitualmente trabajó, no hallamos aquí al compositor más experimentalista e indagativo de sus partituras para conjunto y electrónica. En su versión para saxofón del año 2003, Amour es un tour de force para el solista, que debió sortear seis páginas de creciente dificultad en un escenario oscurecido. Nos subyugó la última de ellas, Four stars show you the way, una creación que coquetea con el concepto de lo repetitivo y que alude a esa ‘melodía circular' que tanto caracterizará al Stockhausen último y que tiene sus raíces en la soberbia Michaels Reise (1977). Juan Jiménez Alba brindó una buena versión de una obra de la que todavía puede sacar más partido, brillando notablemente en las partes primera, tercera y sexta.

  • 1