La nueva ley antitabaco ha entrado en vigor en un clima hostil. Primero la ministra de Sanidad, Leire Pajín, invitó a los no fumadores a denunciar desde el anonimato a los ciudadanos que incumplan la norma. Al presentar la ley como un órdago a los fumadores desde el minuto uno, el propio ministerio inspiró una reacción defensiva de decenas de hosteleros que empezaron a declararse insumisos a la norma. El último bar en rebelarse contra la ley antitabaco ha sido La Espuma, de Cabra (Córdoba).
El propietario, Rafael León, colgó ayer un cartel informando de que los clientes podían fumar en su local a pesar de la ley. León utilizó exactamente el mismo cartel que días antes había colgado el Asador Gadalmina en Marbella (Málaga), el primer restaurante andaluz que decidió vulnerar la ley. "No es una protesta individual, es un movimiento contrario a la ley antitabaco que irá sumando cada vez más hosteleros", explicó ayer el dueño a este periódico.
El propietario del asador de Marbella dijo que no acataría la ley antitabaco porque la consideraba una cortina de humo para tapar los errores de los últimos siete años del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. El dueño de La Espuma expuso razones más tangibles: en los primeros tres días de aplicación de la ley sus ingresos han caído 3.500 euros. La directora general de Consumo de la Junta, Fátima Ramírez, avisó ayer de que si los locales insumisos no corrigen su actitud se exponen a pagar sanciones de entre 10.000 y 600.000 euros.
Los hosteleros rebeldes ya han anunciado que recurrirán la norma en los tribunales, y entretanto tendrán que valorar si les sale a cuenta afrontar tales multas. En el caso del bar de Cabra, el dueño asegura que haber retirado los ceniceros le supuso una pérdida de más de mil euros por día -un 50% menos en caja-; en el caso de Marbella, en torno a los 3.000 diarios, según José Eugenio Arias Camisón.
Un inspector de Salud levantó ayer acta del incumplimiento de la ley antitabaco en La Espuma. Anotó que había ceniceros en la barra y en las mesas, y que dos clientes estaban fumando en el interior. El dueño le pidió al inspector que le transmitiera a la administración sus quejas, y éste firmó el expediente sancionador contra la cervecería. Rafael León asegura que preferiría pagar un impuesto específico por tener fumadores en su bar -igual que lo pagan quienes tienen música o venden alcohol- antes que aceptar la prohibición absoluta. "Sabía que la ley tendría un impacto inmediato en los ingresos y no pensaba acatarla desde antes de que entrara en vigor. Aún así dejé pasar tres días para asegurarme de que tenía razón, y así fue", dice León.
La Espuma tiene 70 metros cuadrados. Lleva abierta cinco años y el 90% de sus clientes son fumadores. "En cuanto he vuelto a poner los ceniceros, los clientes han regresado", dice. La delegada de Salud en Córdoba, María Isabel Baena, explicó ayer a Europa Press que "el objetivo primordial es defender la salud" y que, por tanto, "se aplicarán con contundencia todas las herramientas que permite la ley".
Por ahora, hay locales de Extramadura, Murcia, Valencia, Madrid, Cataluña y Andalucía que se han declarado insumisos a la ley antitabaco. La asociación de consumidores Facua ha registrado más de mil denuncias. Aunque el presidente de la Federación andaluza de Hostelería, José Manuel Ledesma, asegura que "el grado de cumplimiento de la ley es alto".
