Toros

San Miguel echa el cierre a un abono que ha navegado entre la decepción y las sorpresas

El miniciclo otoñal culmina una campaña condicionada por la rebelión de las figuras.

el 27 sep 2014 / 12:00 h.

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Turistas visitando la Maestranza, que abre este fin de semana y cerrará su temporada el próximo 12 de octubre. / Antonio Acedo Turistas visitando la Maestranza, que abre este fin de semana y cerrará su temporada el próximo 12 de octubre. / Antonio Acedo La inminente feria de San Miguel podría seguir dos estelas distintas. Primero habría que recordar el rastro de la indisimulable decepción que siguió a esa feria triste marcada por la ausencia de las primeras figuras. La rebelión del extinto e inoperante G-5 fue sucedida del definitivo hundimiento social y económico del ambiente tradicional de la plaza, una atmósfera que será muy difícil de recuperar: en el tendido y en el boletaje. Pero una extraña ley de compensación cambió las tornas y pobló el abono y los festejos de promoción de esas sorpresas más o menos inesperadas que dieron un vuelco a la temporada hispalense y abrieron nuevas puertas al futuro .   Hablamos de las revelaciones protagonizadas por Borja Jiménez y José Garrido –que compartieron aquella jubilosa Puerta del Príncipe del primero de mayo– o de la resurrección taurina de Pepe Moral, que cortó dos orejas macizas a un gran toro del conde de la Maza en la corrida del Corpus. La memoria también guarda la personalidad y el valor a prueba de bombas del choquero David de Miranda o ese ilusionante y veraniego ciclo de promoción que contempló la salida por la Puerta del Príncipe de Rafa Serna, se estremeció con la entrega volcánica del aspirante pacense Juan Carlos Carballo y confirmó las enormes opciones de futuro que ofrece Pablo Aguado, un torero al que hay que mantener en el punto de mira. Hubo otras orejas sueltas, de distinto peso, ganadas por Lama y Miguel Ángel León que se acabaron sumando a esa galería de excelencias que redimieron de las fatigas y las tristezas de la feria de mayo.   Todo eso ya pasó. La empresa supo aprovechar el tirón de Jiménez y Garrido para repetirlos en un mano a mano que respondió a la expectación en la taquilla aunque no lograra reeditar las emociones anteriores. La política de precios también ayudó y enseñó que el camino a seguir para llenar la plaza sólo puede pasar por el alivio de las carteras. A pesar de todo, el aficionado -no sabemos cuantos quedan- esperaba que la empresa se hubiera arriesgado a organizar otros festejos aprovechando los buenos mimbres que se habían asomado a la plaza. No ha sido así y aunque la ocasión -perdida- era de oro, cada cual hace sus cuentas y se juega sus cuartos.   Este repaso apresurado enseña el panorama que le espera a la feria de San Miguel, que recupera el formato recortado de otras temporadas y respira los mismos argumentos que trazaron el ciclo primaveral: apuesta por los jóvenes y repetición de algunos nombres cargados de trienios y demasiados pasos en falso en la plaza de Sevilla. Pero el ciclo de este fin de semana tampoco puede ser ajeno al clima viciado que se ha vivido en esta campaña marcada por la hegemonía profesional de Miguel Ángel Perera y las cuitas del Juli, que parece haber despedido a sus fantasmas para concluir el año. Hay un detalle revelador: dos de los actores naturales de la corrida de esta tarde –hablamos de Morante y El Juli– se anuncian este sábado mismo en el coso cubierto de Vistalegre de Madrid en un evento rodeado de fuegos artificiales. No se trata de una coincidencia aunque una cosa está clara: la renovación del entendimiento entre los matadores y la empresa Pagés es urgente y necesario.   El abono concluye este domingo pero a la temporada aún le queda un postrer festejo. Será dentro de dos semanas en un evento que se anuncia y publicita como gesto y podría culminar en encerrona. Tiempo habrá aún de hablar de ello.

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