Lo primero que viene a la cabeza de quien se zambulle en las páginas de Vidas prometidas (Tropo Editores), el último libro de relatos de Guillermo Busutil, es que se trata de una lectura muy propia de los tiempos que corren, pues hay en las trece historias que lo componen esperanzas derrotadas, gente que pierde el equilibrio y personajes que se enfrentan, en definitiva, a situaciones más bien desfavorables. "El conjunto es una radiografía del momento actual, porque toca temas como el acoso escolar o la violencia infantil, hay críticas a la sociedad bulímica en la que vivimos y a nuestro sometimiento a los bancos, la dificultad para conciliar la vida familiar con la laboral o la indefensión en la que quedan muchas personas mayores", asegura el escritor.
No obstante, Busutil (Granada, 1961) aborda las situaciones de sus protagonistas con una mezcla de ternura y de ironía de la que acaba resultando el claroscuro ideal para darles vida. "Suelo emplear el dibujo impresionista tomado del natural, pero me gusta también el trazo suelto y lúdico de la caricatura. El mío es un humor que aspira a desdramatizar, porque aunque observe con sentido crítico el mundo de la familia, la política o el trabajo, al final es siempre el humor lo que nos salva, lo que nos redime cuando la realidad está tan negra. Por eso creo que la suma de todo ha acabado dando lugar a un libro muy humano, y lleno de detalles, porque ahí es donde reside la verdadera filosofía de la vida", agrega.
Felizmente obstinado en el género del relato corto, Busutil ha publicado en este campo títulos como Los laberintos invisibles, Confesiones de un criminal, Individuos S. A., Marrón glacé, Drugstore, Nada sabe tan bien como la boca del verano y Moleskine. Una trayectoria que le permite afrontar nuevos retos bien pertrechado. "El oficio es el oficio, en cualquier disciplina, y te da herramientas. Pero todos mis libros están en el fondo unidos por una poética común. Lo novedoso cuando te pones manos a la obra es cómo quieres enfocar, cómo quieres contar la historia. Eres como el pintor que sabe llenar volúmenes y mezclar colores, pero debe encontrar una perspectiva"
Conocido también como director de la revista Mercurio que promueve la fundación Lara, Busutil comenta que "he sido escritor antes que crítico, pero cuando combinas ambas disciplinas eres más crítico con tu propia obra. Aprendes a leer tus propias cosas no sólo como autor, y aprendes a ser más exigente".
Por otra parte, Guillermo Busutil defiende la idea de que "el crítico no sólo evalúa la obra desde parámetros teóricos y técnicos, tiene que saber expresarlo, y contagiar su pasión a los lectores. Ésa es su primera misión, y si no cumple con ella no será un crítico, sino un cirujano de la literatura", apostilla.
