Que la cruz que llevaba el cardenal Bergoglio el día que fue elegido Papa fuera de metal y no de oro y brillantes, como la de sus antecesores, fue uno de los detalles que más llamó la atención cuando saludó a los fieles en el balcón de la Plaza de San Pedro del Vaticano. Meses después de ese instante y a punto de que el Santo Padre celebre su primera onomástica del pontificado el viernes 4 de octubre, El Correo ofrece a sus lectores una réplica de 5 centímetros de ese pectoral, elaborada artesanalmente en metal plateado por la empresa sevillana Industrias Élite.
A partir del lunes 30 de septiembre, los lectores podrán coleccionar tres de los siete cupones que publicará el periódico durante toda la semana. Desde el viernes 4 de octubre, aquellos que hayan reunido en la cartilla correspondiente los 3 cupones necesarios para ello, podrán retirar la Cruz del Buen Pastor abonando 2 euros. Y todo con un fin social, pues los beneficios de la promoción se destinarán a Cáritas Diocesana. Una buena causa a la que también ha decidido sumarse Industrias Élite con la donación de todos los beneficios que obtenga de la ejecución de esta singular pieza.
Durante un mes, la empresa ha estado trabajando en la elaboración de una réplica que ha sido minuciosamente labrada de forma artesanal y que se presenta con un fino cordón de algodón para colgarla del cuello. El resultado ha sido una pieza que reproduce a la perfección todos los detalles de la escena que representa y que muestra a Jesucristo como un pastor con su rebaño portando en sus hombros una oveja descarriada. Además de llevar grabada en el revés la inscripción Pontifex Franciscum, en referencia al Santo Padre.
Para llegar hasta ella, fue necesario realizar una copia idéntica de la cruz, basada en la documentación gráfica que destacaba todos sus detalles. Línea a línea se consiguió una reproducción geométrica idéntica en 3D como paso previo a la ejecución de un modelo que, aunque más pequeño que la cruz del Santo Padre, mantiene la perfección de la original. Pero a la pieza le faltaba dotarla del relieve (la imagen, las ovejas, la paloma) que la hiciera más real. Un proceso hecho a mano, de forma artesanal, que remarcó sus detalles. La máquina da la perfección, pero la mano le da la vida, explicaba Javier Puech, director comercial de Industrias Elite.
Con el troquel concluido la primera pieza a partir de la que se elaboran las réplicas comenzaba el proceso de ejecución del molde. En este caso, Industrias Élite optó por la fundición en un proceso de baja fusión en caucho. Una vez obtenido el molde una especie de huella marcada en el caucho llegaba el momento de incorporar el metal. Para esta réplica de la Cruz del Buen Pastor se eligió una aleación denominada sama, compuesta por cinc en un 99,9% y por aluminio y magnesio en un 0,1%, lo que le otorga una pureza única. Con todas las piezas fundidas, de nuevo las manos de los profesionales del taller fueron las encargadas de limar todos los detalles y pulir sus bordes para dar un acabado perfecto. Finalmente, un baño de níquel le otorgó la apariencia de metal plateado que posteriormente se envejeció para asemejarla con la original. En definitiva, ha sido casi un mes de minucioso trabajo de una veintena de profesionales de Industrias Élite que ha ofrecido como resultado la ejecución de una réplica exacta del pectoral que porta el Santo Padre. Una cruz humilde, de metal, pero llena de significado y de compromiso social. Con ella, el Papa Francisco plasmaba su abrazo a los más necesitados.
