Toros

Una tarde de toros distinta en Utrera

Decenas de vecinos pudieron ver a las reses que se van a lidiar al día siguiente. Por un euro se puede ver a los astados en el llamado manifiesto del ganado bravo.

el 09 sep 2010 / 18:56 h.

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Los visitantes contemplan los novillos en uno de los corrales.

La ciudad de Utrera está viviendo una semana que, a buen seguro, pasará a la historia por, al menos, dos asuntos importantes: la feria durará un día menos pero llega con el histórico estreno de su plaza de toros.

Contigua al recinto ferial se encuentra la moderna plaza de toros, que fue inaugurada esta semana creando gran expectación entre los vecinos. Tanto es así que, coincidiendo con los festejos taurinos previstos para estos días, los corrales de esta nueva infraestructura han abierto sus puertas, con bastante afluencia, para que el público pueda contemplar de cerca las reses que horas más tarde se lidiarán. Es lo que se conoce como manifiesto del ganado bravo.

Era la primera tarde en que estaba prevista la apertura para que los interesados se acercaran a los ejemplares de la ganadería Soto de la Fuente, que este viernes protagonizarán una corrida de rejones; y a los animales, de El Parralejo, que este sábado 11 de septiembre saltarán al ruedo con motivo de la novillada sin picadores que cerrará el miniciclo de inauguración.

Lo hizo con 55 minutos de retraso sobre el horario previsto, con el consiguiente malestar entre las personas que habían acudido al lugar. Dicho retraso se debió a que la organizadora de los festejos no tenía muy claro si abrir las puertas o no, ya que "la autoridad competente no lo cree conveniente, porque dice que puede no ser bueno para los toros", en palabras del empresario taurino, Juan Manuel Rodríguez Vélez.

Ya dentro, las magníficas instalaciones permitieron contemplar perfectamente las reses que llegaban al edificio de La Mulata. Varías sí estaban tranquilas, pero otras se movían por los corrales, mientras recibían un manguerazo de agua para que se relajaran, todo ello bajo la atenta mirada de los visitantes. O, mejor dicho, frente a frente, ya que los toros tampoco se perdían detalle de las personas que pasaban por encima de ellos.

"Vine a la corrida de toros inaugural y también vendré al rejoneo, aunque me gaste toda la paga del mes", aseguraba un jubilado que se mostraba entusiasmado al poder participar en el manifiesto, algo que igualmente ocurre en otras plazas de toros, aunque de manera muy poco frecuente. También los había que se confesaban "muy aficionados", pero que no querían acercarse al coso porque "el toro es uno de los animales más bellos que existen, y tener la oportunidad de verlo de cerca no es algo que se produzca todos los días". Pero, sin duda, uno de los que más disfrutó fue un niño de 11 años al que su abuelo fotografiaba teniendo como fondo a los animales, mientras el chaval reconocía que le gustan "mucho" los toros. Con mayor o menor afición, la opinión que más se repetía en Utrera era la que calificaban los corrales como "de gran categoría".

Personas de todas las edades pudieron acercarse a estos animales y ver sus astas, a pocos metros, mientras confiaban en que las faenas previstas para los días 10 y 11 de septiembre se desarrollen sin problemas. Precisamente estas dos jornadas, de 10.00 a 12.00 horas, también puede acudirse a la plaza de usos múltiples para conocer las reses en primera persona, al precio simbólico de un euro por entrada.

En cualquier caso, a pesar de acortar este año en un día la feria, el ambiente festivo no termina de levantar el vuelo, y son pocas, muy pocas, las casetas que logran llenarse de personas, a diferencia de tiempos pasados.

En el lado opuesto, las agencias de viajes hacen su agosto, ya comenzado el mes de septiembre, gracias a las suculentas promociones que intentan acercar a las playas a muchos vecinos de Utrera, alcanzando a llenar varios hoteles únicamente con personas llegadas desde la tierra del mostachón.

Habrá que ver, por tanto, si las 110 casetas del real se llenan en los próximos días, si los bares venden sus productos y si las atracciones hacen la caja necesaria, o si, por el contrario, la feria de este año quedará en el recuerdo como aquella en la que, para muchos, el albero se cambió por arena de playa, y los toldos por sombrillas.

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